El viejo Madero del Hospital
Santa María de Socorro
Las cruces en las chacras, en las
campiñas de sierra o costa, en las
haciendas, caminos o en los cerros son antiguas costumbres cuya celebración
es en el mes de Mayo. Este Lunes regrese después de casi cuarenta años,
al Hospital Santa María del Socorro en Ica, sabía que había sido reconstruido
después del terremoto del 2007.
Recordé que siendo estudiante, aprendí
a poner inyectables allí primero entre nosotros tres alumnos de primer año y
luego nos dieron la oportunidad de hacerlo con pacientes a mí me tocó un viejo
presidiario, enmarrrocado a la cama, el pellejo era seco y duro no entraba la aguja
. Era una muy antigua edificación del
siglo XIX, con una muy bella capilla antiquísima,
todo de quincha, que se vino abajo con el sismo.
Corría el año 1978 estudiaba en
la Universidad San Luis Gonzaga, un Domingo soleado, no recuerdo el mes pero hacía
calor , pase a buscar a un amigo para
almorzar y no lo encontré, almorcé solo
recuerdo, parihuela , una sopa de pescado y mariscos , regrese a mi cuarto sintiéndome mal, me recosté las sienes me estallaban y taquicardia , veía saltar la venas de mis
brazos, me había intoxicado y no sabía qué hacer, pensé que allí quedaba, fue
entonces que el amigo ,Gustavo ,al que pase a buscar para almorzar me toco la
ventana serían las tres de la tarde, y me llevo al hospital Santa María del
Socorro, vomite hasta el alma ,me
hidrataron y quede dos días hospitalizado, me salvaron la vida . Regrese
después de cuarenta años y solo estaba el viejo madero a un lado del novísimo
hospital.
Un reencuentro
Me vuelvo a encontrar con un
amigo y compañero de universidad, después de algunos años, aunque eventualmente
nos comunicamos telefónicamente. Me aloje en su casa los dos últimos años de
estudios, me alquilaba un cuarto y vivíamos solos, el tenía su cuarto yo el mío no había nada en la sala,
una cocina de dos hornillas.
Muchacho tranquilo de costumbres, a pesar de tener la casa para el sin controles,
nuca hubo desarreglos, ni borracheras, ni fiestas, ni llevaba chicas. Los
compañeros de la universidad le pedían la casa para hacer fiestas pero él no
quería, la casa era de sus padres que no vivian en Ica, podía hacerlo pero
no lo hizo.
Era y sigue siendo un tipo particular,
de costumbres de largo aliento, mientras habitamos su casa no teníamos tele solo
radio, pero a las diez de la noche salvo en exámenes como un reloj se iba a
descansar, se despertaba 6 y 30 sin reloj siempre, su rutina de limpieza de dientes era y debe seguir
siendo casi un rito, sigue con los
dientes blanquísimos completos y la sonrisa amplia. Al despertarse después del
desayuno después del almuerzo antes de acostarse creo que lo hacía con los
tiempos exactos y la minuciosidad propia de un relojero
.
Tipo correcto, desde que lo conocí
nunca dejo de afeitarse un día incluido domingo y feriados, el corte de pelo no
sé cómo hacia pero siempre estaba del
mismo tamaño, se permitía cierta licencia de andar en vividi dentro de casa, cuando
no estaba con su pijama de franela de rayas.
Sin embargo para salir de casa
siempre con una camisa del mismo modelo y colores serios, dentro del pantalón con
correa, excepcionalmente se ponía un polo pero siempre con cuello, zapatos bien
lustrados, nunca con zapatillas. Reloj pulsera hoy veo que es el mismo modelo o muy parecido al que usaba en la universidad.
Correcto, estudioso, educado, no
habla lisuras, ni de sexo, rara vez sudaba, a pesar del intenso calor de los
veranos iqueños,no era deportista ni hincha de ningún equipo, no iba mucho al
cine, no se metía en política. Mantenía la casa escrupulosamente limpia y
ordenada me obligaba a seguir su ritmo, es cierto que las dos dos habitaciones
tenían lo elemental, la sala estaba vacía ,todos los dias le pasaba la escoba ya veces lo hacía yo para colaborar,
colocaba en el resquicio de la puerta un pedazo de papel periódico para que no
entre la arena o el polvo de la calle.
A la entrada de la casa había un jardín
que regábamos con regularidad,
periódicamente en los fines de semana se dedicaba a sacar la mala hierba.
La dieta que teníamos en la noche era bastante monótona, arroz huevo papas fritas, por allí yo preparaba un lomo
saltado o un guiso de atún. El desayuno,
yo café y pan él te o le leche con pan.
Eventualmente lonche con invariable pan con jamonada. o los queques que mandaba
su mama o la mia.
Cierto día teníamos clases en la
tarde ,así que prepare el arroz cuando
fuimos a clases la universidad estaba tomada , lo que sucedía a menudo, así que
decidimos irnos cada uno a la casa de nuestros padres, él se fue primero , lo
que era raro porque el partía primero normalmente era yo, me fui al día
siguiente y olvide botar el arroz, que quedo en la olla, regresamos después de
15 días y en la olla había desarrollado como seis tipos de hongos mohos,
micelios de distintos colores y formas. Al votar el arroz nos dimos con la
sorpresa que el ácido producido había
perforado el piso de la olla en al menos 5 o 6 sitios, la lleve a parchar al
mercado y quedo como anécdota.
Al encontrarnos me dice – vamos para que veas
la casa donde vivimos, a la cual no había retornado, desde que salimos de la
universidad, fuimos, había cambiado
mucho, tenía construido dos piso
el jardín y el patio habían sido convertidas en habitaciones en total como
seis entre los dos pisos cuatro baños ,
pero el vivía solo allí.
Entramos a la cocina que había sido agrandada,
y recordé el episodio de la olla perforada, se rió y me dijo –mira acá
esta- sorprendido la vi igual que la
deje hace 40 años limpia, con su tapa y las cicatrices algunas imperceptibles
de los parches ocasionada por los hongos.
Al despedirnos pude ver que mantenía la misma figura como si no hubiera subido
de peso, delgado casi sin arrugas algunas canas , -tengo que irme a almorzar es
la 1 y 25- me dijo . Nos despedimos .no había cambiado casi nada.