miércoles, 29 de agosto de 2018

SANTIAGO





                                     EL CABALLERO VUELVE A VER LA CORDILLERA.



Un niño jugará en una alameda
Y cantará con sus amigos nuevos
Silvio Rodríguez.





Treinta años después regresó, al lugar donde nació, el aire frió  le golpeo el rostro y el brillante sol hizo ver como siempre, tan presente la cordillera nevada de su niñez.

Había pasado mucho tiempo desde su nacimiento, era ya un sexagenario y los recuerdos y sensaciones se mezclaban en un presente inmóvil. Se puso sentimental siempre tenía presente en cada viaje  que podía  ser la última visita.

La ciudad austral, al pie de la cordillera nevada, lo enterneció y recordó a su madre – soy un viejo reblandecido- pensó mientras sonreía, y se alzaba el pantalón que le comenzaba a quedar un poco holgado.

Se alojó en el antiguo barrio de Bellavista, que daba al centro de la ciudad cruzando un puente sobre el rio Mapocho y cerca a  Patronato barrio también antiguo y  como a siete cuadras de la Vega el gran mercado de la ciudad vieja, cerca  donde nació , la comuna de Independencia. En cada viaje se alojaba  cerca a los mercados, la fruta local las manzanas, las peras,  se juntaban ahora con una larga lista de insumos de  países vecinos y otros muy lejanos , la ciudad era un gran lugar de encuentro de tantas naciones.

El rostro de la ciudad  había cambiado, los acentos internacionales eran muchos, el inglés el portugués se mezclaban en un gran crisol de acentos latinos, con el típico acento al que se habían sumado el caribe venezolano y el creole,  el rostro moreno invadía renovando el panorama, hasta no hace mucho tiempo monocorde.

La ciudad era amable y fácil de recorrer, hombres y mujeres gentiles daban las indicaciones para llegar a los lugares buscados y el sistema de transporte simple, todo señalizado, el metro y los buses con sistemas integrales de pago por tarjeta le pareció maravilloso comparado con la ciudad de donde venía, se subió en un bus y pretendió pagar con monedas el conductor le explico lo de las tarjetas, se quiso bajar pero le dijo vamo noma poo, la próxima compre su tarjeta.

Al día siguiente tomo un bus que lo llevo al litoral, Santo Domingo, un sitio tranquilo, verde como todo el trayecto   , de casas con jardines sin muros, poca gente ,busco a una prima y se alojó allí. Gente amable conversadora lo hicieron sentir en casa, como que no se hubiera ido por tanto tiempo. Rieron al conjuro de vinos y luego pasearon por el puerto de un mar azul en una tarde fría, la pesca variada del día era ofrecida  y el hablar de la gente le sonaba a un rincón de un lejano recuerdo.

Se quedó más de lo pensado y fueron a la casa del poeta, Isla Negra, frente al mar ,rodeada de pinos y envuelta en la fragancia amable  del océano y la poesía con olor a bosque, los vendedores de artesanía y recuerdos  eran parte de la escenografía. Un recuerdo de su padre asomo de visitas anteriores como suave viento.






Desde el litoral es posible ver al fondo a la cordillera es un país de geografía angosta. Regreso a la capital con el bullicio de las urbes, compro frutas  pan y café  y volvió al hotel donde durmió y los sueños raros  mezclaban  el tiempo y los lugares. Despertó tarde y fue a caminar por el centro antiguo de la ciudad  ,edificios grises antiguos,  la gente abrigada,  se volvió a sorprender del orden y el respeto en tráfico en especial a los peatones, eran años de aprendizaje, almorzó platos del lugar cazuela de ave, pastel de choclo .

El clima cambio de un día para otro y luego de días soleados vino  uno lluvioso  y oscuro la temperatura bajo mas . Fue al barrio más cerca de la cordillera y una lluvia que se congelaba le golpeo el rostro – agua nieve – le anuncio un vendedor ambulante. Fue una tarde muy fría,  logro encontrarse con otros primos que lo recibieron con un cariño que lo abrumo,  en un barrio con poca gente en las calles, se juntaron y recordaron visitas anteriores acompañados de una cena deliciosa y vieron que habían envejecido aunque el tiempo parecía una referencia relativa y confusa.

Contaron anécdotas y recordaron a los mayores que ya no estaban,  los recuerdos venían en desorden algunos no los tenían claros y otros los habían olvidado confundido  o entreverados, igual disfrutaron de una vieja amistad  iniciada por sus padres, que  remontaba en el tiempo a historias  de inicios del siglo pasado, celebraron que la amistad se hubiera mantenido en el tiempo y la distancia, el vínculo forjado en la generación anterior era muy fuerte.

Retorno a su alojamiento y un primo le contó cosas de la abuela, y de cosas que no sabía, pero iban configurando su historia personal que tenía nieblas y cosas que percibía que quedarían enterradas y que habría que respetar.

El viaje de retorno  fue   tarde por calles  vacías con poco tránsito de iluminación tenue,  con árboles y casas sin murallas a diferencia de donde venía donde las casas tenían altos muros con alambradas eléctricas de protección , una ciudad con miedo, con calles cerradas y llenas de vigilantes, comparo las calles tranquilas después de la lluvia,  y un sentimiento raro lo embargo de un sosiego , de una paz quienes vivirían en esas casas, pudo haber sido el ,si el destino y las decisiones hubieran sido  otras pero también pensó que de haberse quedado  podría haber sido un muerto más de los tiempos oscuros. La vida es como es, y no de otra manera.

Amaneció y fue a pasear por el antiguo barrio de los comerciantes  turcos  de telas ahora llenas de tiendas mayoristas y exportaciones, en una esquina una señora vendía unas galletas y unas masas tradicionales compro  las que se llaman calzones rotos y desayuno con  mote con huesillo. Vio las pistan con adoquines antiguos y arboles recordó su infancia desde el balcón, eran tan parecidas, se vio mirando a través de las barras  a la vieja carreta con un caballo  de un vecino  . Se vio en los hombros de su padre caminado por la calle y su rostro tocando la rama de los árboles, reía y le compraban peras en una bolsa de papel marrón.

Algo debió pasar que tuvieron que emigrar al país de papá. Viajo con mamá y su hermanita y se quedaron a vivir, no regresarían  mas  a vivir, solo algunas veces de visita.

El caballero tenía una alegría mezclada con nostalgias, veía las calles, la cordillera, la gente  no se sentía del todo parte, pero tampoco tan lejano. Era como había sido su vida no ser ni de aquí ni de allá. Igual recordó las canciones de Violeta Parra, Quilapayun, Los Jaivas, Víctor Jara de un tiempo convulso de un tiempo  de esperanzas que se truncó. 

Se acercaba el día de partir y como siempre busco desayunar en el mercado,  pan y café, antes de irse, el pan, el sabor, la textura  estarían presente, cada lugar tiene pan pero cada uno tiene el sabor de la memoria, el gusto de la infancia que solo se llega a querer cuando se está lejos.

Esperaba volver  , quedaron lugares sin visitar,  pero logro hacer algo que tenía pendiente buscar los documentos que atestiguaban su nacimiento  su partida,  pero lo tenía pendiente por años, no se pueden perder las raíces, uno no se debe ir  sin dejar la historia escrita para que los que vienen no tengan dificultades para rastrear a sus antepasados. Siempre habrá alguno que se interese por saber quienes fueron sus abuelos y bisabuelos.

La vida es extraña, pensó mientras iba al puerto que lo traía de vuelta, en cada esquina a la que llegas al tomar la decisión, de tomar un rumbo u otro vas creando un futuro, y dejando atrás  otro que se trunca. En qué extraño momento alguien toma una decisión de quedarse o irse,  opciones que al tomarse, hacen desaparecer otras, y crean  un árbol o un bosque.

Vio  la cordillera nevada, antes de partir, se emocionó ¿volveré? Se preguntó,  y el viento frío volvió a golpear su rostro y se vio niño con las mejillas rojas cuarteadas por el frío. sintió un nudo en la garganta y partió una vez mas.


Cuadros Modernos: Imágenes de Murales Politicos Chilenos



agosto 2018
de vientos y cometas que ya no están.

la imagen de la cordillera es de google
la de isla negra es mía
la del mural de pinterest.




1 comentario:

  1. Me sorprendes una vez más Chejo.
    Que bellas memorias y cuántos sentimientos encontrados. Todas las cosas y decisiones que uno toma, suceden por algo.
    Me alegro hayas experimentado todo esto y el haberte reencontrado con familiares y lugares familiares y compartido con ellos.
    Personalmente tengo la misma inquietud por saber de mis antepasados. Planeo ir a Barbados 🇧🇧, a ver si encuentro saber algo sobre la abuela materna, quien emigró como niña desde allí al Peru 🇵🇪. Ya te contaré. No tengo descendencia pero a alguien en la familia materna le podrá interesar.

    ResponderEliminar

mis guardias nocturnas.

 GUARDIAS NOCTURNAS Ha pasado muchos meses que no voy a trabajar al hospital, primero fue por descansos médicos por un problema oncológico, ...