miércoles, 15 de enero de 2020

LA CUCARACHITA MARTINA.


MARTINA LA CUCARACHA   versión libre.









Martina vivia en Malambito La Victoria Lima , soltera y atractiva  la morocha con dos coquetas antenas, que las pintaba de rubio, trabajaba duro para conseguir su sustento, salía sigilosamente de noche con todas las precauciones para cuidar su vida y dispuesta a pelear cuando encontraba algún manjar, pues siempre tenía competencia entre congéneres sino también con roedores de todo pelaje incluso los humanos que siempre había. Regresaba a casa siempre llevando algo para cocinar, como crecio en un restaurante de frutos del mar, era una experta cocinera.

La noche que encontró una pepita de oro , aunque no se comía le gusto el brillo y lo llevo pensando ponérselo  con una cadenita que guardaba celosamente,también  conoció a Pérez ,así se presentó  con raya al medio,bigotitos tipo fuhrer anteojitos redondos camisa abotonada hasta el cuello , tirantes  y una larga  cola de la que se enamoró a primera vista, Pérez joven ratón soltero de conocida solvencia por ser además de bibliotecario  ser  un tipo ahorrativo muy cauto en gastos , no solía juntarse con otros roedores de mala vida, más bien era un tímido solitario personaje de la zona.

Cuando la vio quedo flechado por las rubias antenas, la limpia y brillosa espalda y la sensual sonrisa y los ojitos coquetones. La cucaracha de mi vida pensó, evaluó que era metódica, sin estridencias como esas ratonas escandalosas que lo revoloteaban como la murciélago que pretendía seducirlo siempre de negro sus alas transparentes, él no era de esos tipos, era serio muy profesional. Después de varias citas lejos de los basurales Pérez l,e confeso su amor y sus pretensiones de vivir con ella en la cómoda casita que tenía en la biblioteca del convento.

A Martina le gustaba el ratoncillo, pero enamorada como que todavía, pero era un tío que le convenía por la seguridad en un sitio peligroso como Malambito, lamentablemente una severa fumigación en la iglesia y el convento no hizo posible ir a vivir donde Pérez fue así que fueron  a vivir a la casita de la hacendosa cucarachita.

Un oscuro pasado reapareció en la vida de la feliz pareja unos primos de Martina aparecieron eran de la barra brava del Alianza el equipo del barrio, y se burlaban del anteojudo ratón, además tenían malas juntas, se habían tatuado los colores de su equipo en la espalda y en el pecho dándole un aspecto tenebroso. Se metían a la casa y por más que la cucarachita los botaba, retornaban a veces borrachos o drogados, Pérez andaba cansado que los facinerosos y las conmino a dejar de visitar a la prima.

Como no cedían el ratón decidió envenenarlos y los invito un domingo a comer tallarines le encargo a Martina la preparación  eran cinco los malandrines cucarachos, llegaron temprano con una botella de ron Pomalca, y bebieron con el raton, este poco acostumbrado a beber se mareo pronto y él debía poner el cucarachicida en los tallarines la idea era cuando pusiera los  en la olla de agua hirviendo, él le pediría a  Martina que fuera comprar el postre, ella fue.

Le encargo que viera los tallarines y le diera una removida para que no se pegaran, , el ratón licoreado no encontraba la cuchara de palo para remover los fideos, medio zampadito busco y se apoyo mal cayendo en la olla, los primos seguían bebiendo escuchando a Lavoe Todo tiene su final el volumen alto y bailando ni cuenta se dieron de Pérez sancochado con los tallarines.

Martina guardo el duelo por Pérez y puso un retrato con un lazo negro en la sala del día de su  boda, el, de elegante peinado con gel y los bigotes arreglados, al poco tiempo comenzó a salir con uno de los primos laberintosos, esa es la verdadera historia del romance de la cucarachita Martina y el ratón Pérez.

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