miércoles, 10 de julio de 2019


                                             EL REY DE LAS CANTINAS





Ya no hay muchas cantinas en la ciudad, sitios básicamente para ir a beber cervezas en mesas de fórmica y sillas plásticas, con o sin música o un televisor cuando hay un partido importante. Sitios básicamente para beber y conversar o al revés  el orden no altera lo que se busca, descansar de la chamba de las preocupaciones,los temas que siempre están en esas mesas  son los amores contrariados, la política o futbol.  sitios ordinarios, sin mayor pretensión, ya casi no hay, no es negocio me imagino, mas a cuenta sale vender la cerveza con comidas piqueos. Sitios donde se pueda jugar cachito, un cubilete y cinco dados sin importar el tiempo, ni la política ni nada lugares básicamente para hombres lugares machistas.

Ya no existen esas donde echaban aserrín o las que tenían rockola, y a lo mas había  para comer un plato con atún cebolla ají y limón mas sus galletas y como decía macho que se respeta toma en cantina de mala  muerte y bota la espuma de su vaso al suelo.

Andaba después del trabajo con Lucho  buscando un sitio donde tomarnos unas cervezas y me dice vamos al segundo piso ,  no he ido mucho pero si es un sitio solo para beber y te cobran por adelantado, tienen dos platos para hacer chicharrón de pescado y pescado frito con arroz y papas fritas , ninguno recomendable.

Llegamos y bebíamos mientras conversábamos  más que eso, recordábamos cuanto habíamos bebido antes, dos veces por semana hasta salir embriagados en el tiempo de los apagones. La cerveza trae de cortesía un plato  con cancha salada que lo único que hace es calmar la ansiedad y darte sed para seguir bebiendo.

Fue al rato que llega un tipo que saludaba a la gente se acercaba le invitaban un vaso y no lo invitaban a sentarse, tenía un vientre inmenso, no era muy alto pero corpulento medio cuadrado, un corte de pelo de peluquería de barrio, trajeado sin mayor prolijidad, camisa a cuadros  manga corta, pantalón de tela semi sintética y zapatos sin pasadores  muy usados. Se nos acercó y yo no sabía quién era, Lucho si, le invito un vaso de cerveza y ya lo estaba invitando a que se vaya, cuando a mí me entro la curiosidad de saber quién era.

Soy Manuel el rey de las cantinas se presentó, Lucho me advierte –que se vaya, ya se todos sus trucos – tiempo que no veía esos personajes que se agencian la vida mostrando trucos y habilidades con lo que hay en la cantina. Así que lo invite a sentarse y de las otras mesas voltearon como diciendo otras víctimas de Manolo.

Los juegos trucos de cantina no son de un repertorio muy amplio, así que además de eso suelen contar chistes para luego pedirte una propina y beber gratis. Tiempo que no veía a uno desplegar sus artes cantineros.  Comenzó por beberse una botella a pico sin parar, ya la había visto pero siempre me parece impresionante, tomarse 750 mililitros, de una bebida con gas sin parar, solo al final un eructo enorme de campeonato, se sentó acomodo la panza abriendo las piernas, le di 10 soles y se puso  contento, comenzó por unas clásicas la de pegar la botella en la pared en el encuentro dedos paredes, no es tan fácil, lo he intentado y solo he conseguido romper la botella.

Transcurría la tarde, y ya no se puede fumar como antes, está prohibido, deje de fumar hace mucho, igual el gordo sacó un cigarro lo prendió y nadie dijo nada, ese olor a tabaco y cerveza no lo olía mucho tiempo. Hizo unos trucos con los palitos de fósforos  todos conocidos pero la falta de memoria los renovaba. No había  muchas innovaciones, estaba ya comenzando a aburrirnos Manolo, y le dije – gracias hermanito, ahora voy a conversar con mi pata.

No se sorprendió igual había bebido y tenía diez soles, pero antes de pararse me miro  y dijo – tengo un truco nuevo cuesta 50 soles no lo hago casi nunca porque casi nadie piensa gastar en trucos cuando esta con las justas para las cervezas y el taxi para regresar a casa, pero tú tienes plata y si te gusta lo pagas y sino solo te pido cinco soles.

Nos miramos con Lucho, y como que me decía  no te dejes agarrar son cincuenta lucas, igual me entro la curiosidad y le dije vamos a verlo , mientras pedía dos cervezas mas. La música sonaba un poco mas alto de lo agradable para conversar, pero así son las cantinas, unas cumbias  del Grupo cinco y Agua marina, gustos cantineros de la época, antes se ponía boleros de Ivan Cruz Pedro Otiniano Anamelba y salsa en fin cambian los tiempos Venancio.

Pide dados y cubilete, se  lo traen, un callao cinco rayas sugirió  y jugamos una media hora y nos iba ganando bien,  le pregunto ¿el truco compadre?
–es que hay que hacerle el preámbulo así en frio no va, hay que ponerle emoción, telonearla  pues – me retruca y da comienzo al show.  Se para va al baño y regresa peinado la cara lavada, es invierno y el anda en mangas de camisa , se sienta ,mira alrededor,  y mas de uno en las otras mesas están atentos a lo que va a pasar, - ni se acerquen porque no la hago ,salvo que se pongan algo advierte-
 El cubilete esta allí con los dados,  pide al mozo que limpie la mesa y pide más cerveza, que claro yo pago, saca de su bolsillo una cajita de madera con agujeritos. –señores están por ver un espectáculo, que no encontraran en otro lado- nos dice con seriedad.

Ha costado mucho tiempo en hacer lo que verán en minutos, es un arte antiguo, pasado de padres a hijos por generaciones, a mí me la enseño mi abuelo materno, porque, padre no tuve nos dice en tono lagrimoso, es su prólogo, su floro, su verbo rasposo de años de beber y fumar, mientras mueve las manos y se las frota. Con los fósforos hace una especie de laberinto,  saca unas pelotitas de miga  dura,  señores con Uds. El acto de Martina  la cucarachita.

Abre la caja, y vemos una cucaracha no muy grande, moviendo sus antenas, - sal Martina, y muéstrale al público lo que hemos practicado-.y el insecto sale tímidamente y se pone en la mesa frente a su socio.

Me quedo asombrado, igual que Lucho, mudos en silencio,  de otras mesas estiran los cuellos – Uds. si quieren ver 10 soles por cabeza- grita dos parroquianos se acercan y ponen sus billetes en la mano de Manuel. Martina entrégale pelotitas al respetable dice mientras sus dedos se mueven tamborileando  en la mesa alrededor de la cucaracha que comienza a empujar las bolitas  de miga a cada uno de nosotros, y regresa a su sitio donde le espera  una gotita de un frasco que ha puesto su adiestrador con un gotero, lo bebe, y está lista para el siguiente acto.

 Martina ahora vas a entrar al laberinto de Chipre y allí tendrás un premio le dice firme y claro mientras dirige el gotero al centro del laberinto de palitos de fósforos. Martina avanza lentamente y tanteando con sus largas antenas  entre los palitos de madera.

Llega al final donde le espera la ansiada gotita mágica. Nunca he visto   algo parecido,  pone la caja y la pequeña artista entra, la caja se cierra, el hombre me mira, saco los cincuenta soles y se los doy en silencio. Se para , buenas noches caballeros  desaparece sin dejarnos hacer ninguna pregunta.
Terminamos las cerveza, ha oscurecido estamos ligeramente mareados, hace frio, caminamos en silencio
 - siempre hay algo nuevo que ver- dice Lucho, mientras vamos al puesto de la señora que vende anticuchos choncholí pancita rachi  mas su papas y ají. La humareda de la parrilla sale olorosa. Pedimos anticuchos. – Nunca vi algo así, parece imposible – le digo a mi amigo,  como será el truco, la clave es la gotita sigo  hablando.

La noche cubre ya con su negro crespón  la ciudad llena de carros y gente apurada, no hay mas lugares para cantinas, perder el tiempo amigablemente, menos para sorprendentes reyes de las cantinas y sus cucarachas amaestradas.
 
    

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

mis guardias nocturnas.

 GUARDIAS NOCTURNAS Ha pasado muchos meses que no voy a trabajar al hospital, primero fue por descansos médicos por un problema oncológico, ...