EL REY DE LAS CANTINAS
Ya no hay muchas cantinas en la ciudad, sitios
básicamente para ir a beber cervezas en mesas de fórmica y sillas plásticas,
con o sin música o un televisor cuando hay un partido importante. Sitios
básicamente para beber y conversar o al revés
el orden no altera lo que se busca, descansar de la chamba de las
preocupaciones,los temas que siempre están en esas mesas son los amores contrariados, la política o futbol. sitios ordinarios, sin
mayor pretensión, ya casi no hay, no es negocio me imagino, mas a cuenta sale
vender la cerveza con comidas piqueos. Sitios donde se pueda jugar cachito, un
cubilete y cinco dados sin importar el tiempo, ni la política ni nada lugares
básicamente para hombres lugares machistas.
Ya no existen esas donde echaban
aserrín o las que tenían rockola, y a lo mas había para comer un plato con atún cebolla ají y
limón mas sus galletas y como decía macho que se respeta toma en cantina de mala muerte y bota la espuma de su vaso al suelo.
Andaba después del trabajo con
Lucho buscando un sitio donde tomarnos
unas cervezas y me dice vamos al segundo piso ,
no he ido mucho pero si es un sitio solo para beber y te cobran por
adelantado, tienen dos platos para hacer chicharrón de pescado y pescado frito
con arroz y papas fritas , ninguno recomendable.
Llegamos y bebíamos mientras conversábamos más que eso, recordábamos cuanto habíamos bebido antes, dos veces por semana
hasta salir embriagados en el tiempo de los apagones. La cerveza trae de cortesía un plato con cancha salada que lo único que hace es
calmar la ansiedad y darte sed para seguir bebiendo.
Fue al rato que llega un tipo que
saludaba a la gente se acercaba le invitaban un vaso y no lo invitaban a sentarse,
tenía un vientre inmenso, no era muy alto pero corpulento medio cuadrado, un
corte de pelo de peluquería de barrio, trajeado sin mayor prolijidad, camisa a
cuadros manga corta, pantalón de tela
semi sintética y zapatos sin pasadores muy usados. Se nos acercó y yo no sabía quién era,
Lucho si, le invito un vaso de cerveza y ya lo estaba invitando a que se vaya,
cuando a mí me entro la curiosidad de saber quién era.
Soy Manuel el rey de las cantinas
se presentó, Lucho me advierte –que se vaya, ya se todos sus trucos – tiempo
que no veía esos personajes que se agencian la vida mostrando trucos y
habilidades con lo que hay en la cantina. Así que lo invite a sentarse y de las
otras mesas voltearon como diciendo otras víctimas de Manolo.
Los juegos trucos de cantina no
son de un repertorio muy amplio, así que además de eso suelen contar chistes
para luego pedirte una propina y beber gratis. Tiempo que no veía a uno
desplegar sus artes cantineros. Comenzó
por beberse una botella a pico sin parar, ya la había visto pero siempre me
parece impresionante, tomarse 750 mililitros, de una bebida con gas sin parar,
solo al final un eructo enorme de campeonato, se sentó acomodo la panza
abriendo las piernas, le di 10 soles y se puso
contento, comenzó por unas clásicas la de pegar la botella en la pared
en el encuentro dedos paredes, no es tan fácil, lo he intentado y solo he
conseguido romper la botella.
Transcurría la tarde, y ya no se
puede fumar como antes, está prohibido, deje de fumar hace mucho, igual el
gordo sacó un cigarro lo prendió y nadie dijo nada, ese olor a tabaco y cerveza
no lo olía mucho tiempo. Hizo unos trucos con los palitos de fósforos todos conocidos pero la falta de memoria los
renovaba. No había muchas innovaciones,
estaba ya comenzando a aburrirnos Manolo, y le dije – gracias hermanito, ahora
voy a conversar con mi pata.
No se sorprendió igual había
bebido y tenía diez soles, pero antes de pararse me miro y dijo – tengo un truco nuevo cuesta 50 soles
no lo hago casi nunca porque casi nadie piensa gastar en trucos cuando esta con
las justas para las cervezas y el taxi para regresar a casa, pero tú tienes
plata y si te gusta lo pagas y sino solo te pido cinco soles.
Nos miramos con Lucho, y como que
me decía no te dejes agarrar son
cincuenta lucas, igual me entro la curiosidad y le dije vamos a verlo ,
mientras pedía dos cervezas mas. La música sonaba un poco mas alto de lo agradable
para conversar, pero así son las cantinas, unas cumbias del Grupo cinco y Agua marina, gustos
cantineros de la época, antes se ponía boleros de Ivan Cruz Pedro Otiniano Anamelba
y salsa en fin cambian los tiempos Venancio.
Pide dados y cubilete, se lo traen, un callao cinco rayas sugirió y jugamos una media hora y nos iba ganando bien, le pregunto ¿el truco compadre?
–es que hay que hacerle el
preámbulo así en frio no va, hay que ponerle emoción, telonearla pues – me retruca y da comienzo al show. Se para va al baño y regresa peinado la cara
lavada, es invierno y el anda en mangas de camisa , se sienta ,mira
alrededor, y mas de uno en las otras
mesas están atentos a lo que va a pasar, - ni se acerquen porque no la hago
,salvo que se pongan algo advierte-
El cubilete esta allí con los dados, pide al mozo que limpie la mesa y pide más cerveza,
que claro yo pago, saca de su bolsillo una cajita de madera con agujeritos. –señores
están por ver un espectáculo, que no encontraran en otro lado- nos dice con
seriedad.
Ha costado mucho tiempo en hacer
lo que verán en minutos, es un arte antiguo, pasado de padres a hijos por
generaciones, a mí me la enseño mi abuelo materno, porque, padre no tuve nos
dice en tono lagrimoso, es su prólogo, su floro, su verbo rasposo de años de
beber y fumar, mientras mueve las manos y se las frota. Con los fósforos hace
una especie de laberinto, saca unas
pelotitas de miga dura, señores con Uds. El acto de Martina la cucarachita.
Abre la caja, y vemos una cucaracha
no muy grande, moviendo sus antenas, - sal Martina, y muéstrale al público lo
que hemos practicado-.y el insecto sale tímidamente y se pone en la mesa frente
a su socio.
Me quedo asombrado, igual que
Lucho, mudos en silencio, de otras mesas
estiran los cuellos – Uds. si quieren ver 10 soles por cabeza- grita dos
parroquianos se acercan y ponen sus billetes en la mano de Manuel. Martina entrégale
pelotitas al respetable dice mientras sus dedos se mueven tamborileando en la mesa alrededor de la cucaracha que
comienza a empujar las bolitas de miga a
cada uno de nosotros, y regresa a su sitio donde le espera una gotita de un frasco que ha puesto su
adiestrador con un gotero, lo bebe, y está lista para el siguiente acto.
Martina ahora vas a entrar al laberinto de Chipre y allí
tendrás un premio le dice firme y claro mientras dirige el gotero al centro del laberinto
de palitos de fósforos. Martina avanza lentamente y tanteando con sus largas
antenas entre los palitos de madera.
Llega al final donde le espera la
ansiada gotita mágica. Nunca he visto algo parecido, pone la caja y la pequeña artista entra, la
caja se cierra, el hombre me mira, saco los cincuenta soles y se los doy en
silencio. Se para , buenas noches caballeros
desaparece sin dejarnos hacer ninguna pregunta.
Terminamos las cerveza, ha
oscurecido estamos ligeramente mareados, hace frio, caminamos en silencio
- siempre hay algo nuevo que ver- dice Lucho,
mientras vamos al puesto de la señora que vende anticuchos choncholí pancita
rachi mas su papas y ají. La humareda de
la parrilla sale olorosa. Pedimos anticuchos. – Nunca vi algo así, parece
imposible – le digo a mi amigo, como
será el truco, la clave es la gotita sigo
hablando.
La noche cubre ya con su negro
crespón la ciudad llena de carros y
gente apurada, no hay mas lugares para cantinas, perder el tiempo
amigablemente, menos para sorprendentes reyes de las cantinas y sus cucarachas
amaestradas.
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