Había terminado la segunda guerra mundial y Europa era
ruinas y desolación. Miles de hombres y mujeres caminaban de regreso a sus
pueblos y ciudades destruidas. El hogar había desaparecido, la poderosa Unión Soviética
había anexado territorios y muchos, muchísimos se habían convertido en parias.
La inmigración a América fue la salida de miles de víctimas
de la post guerra. En un barco en España se embarcan en 1946 dos hermanos polacos
judíos originarios de la ciudad portuaria
de Gdansk , huyen después de haber sobrevivido al gueto de Varsovia y un año en un campo de
concentración nazi.
Demacrados, habían bajado más de 30 kilos, habían
sobrevivido por que estuvieron juntos,
sus otros hermanos y toda la familia
murieron o de hambre en Varsovia o
incinerados en en los hornos crematorios después de ser gaseados, cuando fueron
liberados eran casi unos cadáveres la piel pegada a los huesos, los ojos
hundidos en las órbitas y los pómulos marcados les daban aspecto de cadáveres
, demoraron poco más
de seis meses en recuperarse mientras
cientos morían , sus estómagos reducidos
no soportaban sólidos , con paciencia los y los cuidados de las voluntarias
fueron alimentándose primero de pequeñas porciones de caldo y luego papillas, que muchas veces
vomitaban hasta que lograron
alimentarse magramente, nunca más
pudieron comer en exceso por el deterioro físico y el mal recuerdo del pasado.
No encontraron nada su ciudad natal ocupada por la Stalin y
el ejército rojo, que tampoco querían a
los polacos judíos, una organización los ayudó a llegar a España ´para ir a
vivir a América, lo importante era irse lejos, no entendía un ápice del idioma,
no existían diccionarios polaco español.
Pero se agenciaron uno de polaco inglés de un escocés que se iba a Estados Unidos. Con eso les bastó para aprender un poco de inglés para sobrevivir.
Pero se agenciaron uno de polaco inglés de un escocés que se iba a Estados Unidos. Con eso les bastó para aprender un poco de inglés para sobrevivir.
Les dieron unos salvoconductos para viajar y salieron de la
pesadilla, sin saber a dónde los llevaba el destino. Instalados en el barco supieron que iban a América, no sabían nada
de ese lugar, vieron en un mapa y no
sabían adónde irían a parar. Lo dejaron a la suerte y a la intuición total nada
podría ser peor de lo que dejaban atrás.
En su salvoconducto con sus fotos había un sello PERU. El destino los trajo y los dejo una madrugada neblinosa en el puerto del Callao. Desorientados con un maletín
para los dos, un saco viejo que les
quedaba grande que compartían que les habían regalado, con el par de zapatos que
mucho tiempo los acompañaron con pedazos de cartón para tapar los agujeros de
las suelas . Vieron
un cartel que decía en inglés y hebreo, Israel, se acercaron pues era lo más familiar
en esa aglomeración de gente con diferentes idiomas, era gente de la colonia
judía que en coordinación con la organización que los ayudó a salir de Europa,
los esperaban.
Les facilitaron un cuarto en una quinta en Breña,
pagado por unos meses y algo de dinero,
debían ir a la sinagoga los días de
culto. Allí les consiguieron trabajo en un fábrica de tejidos, donde otros
migrantes habían llegado y así aprendieron de a poco el español. Trabajaron
duro hasta poder cambiar del cuarto a un pequeño departamento en el mismo
Breña. Con el tiempo pasaron ser
vendedores libres de la fábrica, vendían toallas calcetines, entre otras cosas
y fueron conociendo Lima acostumbrándose a ese tan lejano lugar que el
destino los había llevado.
El mayor Isaac más aventurero decidió independizarse y
comprar telas y salir a provincias a vender. En una gran maleta llevaba cortes para ternos,
camisas, ropa interior. El menor Moche que después se castellanizo a Moisés lo
siguió en el negocio que prospero, Huancayo, Arequipa eran los lugares de
mejores ventas comenzaron a llevar muestras
y luego los embarcaban en camiones el negocio iba cada vez mejor, hombres
metódicos lograron ahorrar y hacerse de un capital.
Fue cuando buscando nuevos lugares para colocar su
mercadería que llegaron a Abancay, el lugar era una buena plaza para negocios,
y les gusto, en la en una calle cerca de la plaza de armas, alquilaron un local
y pusieron un bazar, diversificaron traían telas ropas sombreros y lo que les
pedían máquinas de coser cocinas, juguetes en navidad y cuanto hay se instalaron allí. Habían pasado 10 años y los hermanos se
acercaban a los cuarenta años, dedicados solo a trabajar de sol a sol. Habían
contactado con un paisano sastre casado con una peruana costurera y lograron
aumentar el negocio, le compraron la bodega al italiano de la esquina y se
independizaron aunque se ayudaban mutuamente.
Hombres serios de pocos amistades, atentos, corteses con los
clientes tenían buena reputación en el pueblo La vida les sonreía, un tema les preocupaba no
tenían mujer, y no tendrían descendencia.
Decidieron que debían casarse pero no
había mujeres judías en esos lugares, pensaron encargar en Lima dos esposas a
la colonia, los que le dijeron que no era posible.
Hombres previsores tenían una casa pero para casarse requerían que cada uno
tuviera una, compraron una cerca a la otra y cerca a los negocio. Ya tenían la
casas faltaban las esposas. Conocían a dos hermanas solteras no muy jóvenes que frecuentaban el bazar, no
eran precisamente unas bellezas y tampoco jovencitas, y comenzaron a cortejarlas
con ayuda de un librito de cómo hacer cartas de amor y un manual del cortejo
amoroso de principios de siglo. Se
presentaron en la casa con
ternos mandados a hacer, y flores, según lo indicaba el manual.
El padre un hombre mayor había sido juez, aunque muy serio sintió alivio pues la edad de casar a las hijas se le iba pasando, la madre feliz con dos hermanos europeos de ojos claros, prósperos comerciantes sin vicios conocidos .
ternos mandados a hacer, y flores, según lo indicaba el manual.
El padre un hombre mayor había sido juez, aunque muy serio sintió alivio pues la edad de casar a las hijas se le iba pasando, la madre feliz con dos hermanos europeos de ojos claros, prósperos comerciantes sin vicios conocidos .
El noviazgo duró poco
y se casaron por la santa iglesia católica y el propio alcalde oficio
la boda civil. Pocos invitados más
familiares de las novias, ellos casi no tenían amigos, la luna de miel fue
corta por que no podían dejar los negocios. Algún día se casarían por el rito
hebreo.
Las hermanas quedaron embarazadas al mismo tiempo poco después
de la boda, Isaac y Moisés tenían premura
por dejar descendencia. Alumbraron en Diciembre con pocos días de
diferencia, hablaron con el médico para
que circuncidaran a los recién nacidos
al octavo día de acuerdo al Briz.
Fue así que los hermanos que un día se salvaron del
holocausto,formaron un familia judío peruana ,envejecieron pacíficamente sin
olvidar el pasado ,siempre metódicos frugales la gente los tildó de
tacaños pero ellos siempre creyeron que
había que guardar no fuera hacer que la
historia se repitiera, los enterraron en la sierra del Perú.
Nadie sabe porque caminos te llevara la vida, ni sí el día siguiente será luminoso o uno largo y oscuro.
Nadie sabe porque caminos te llevara la vida, ni sí el día siguiente será luminoso o uno largo y oscuro.
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