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| augusto monterroso |
Era ya un viejo burócrata al fin de su carrera ,tomaba medicamentos para la próstata, debía orinar con paciencia y precisión para no mojar su pantalón de fino casimir,tomaba ademas diazepan por la noche y alprazolam por la mañana con su protector gástrico.
Habia llegado temprano a su elegante despacho, tenia firmado el documento convocando a la junta, no quería renunciar esperaba que sus pares le pidieran renuncie y el en un acto magnánimo y desprendimiento por la patria lo haría.
Tenia guardado los expedientes de cada uno con todas sus cochinaditas que les había perdonado y guardaba como vieja costumbre , a cada uno le mando una copia.
Pidio un te a la secretaria se le había movido el estomago, corrió al baño y y una profusa diarrea lo alivio, sudaba frío,con los pantalones bajo ,sentado arreglo su colorida corbata, en su soledad y miedo unas lagrimas salieron antes del llanto , se sintió aliviado .
Salio con la compostura de de siempre rumbo a la reunión con los fiscales, su mirada no reflejaba nada ,como la de un viejo saurio en extinción
urgente sabado 5 de enero
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