CUENTOS DE LA CIUDAD
OSCURA
No hace mucho.
Humo.
Amanece y las luces de la ciudad se ven lejos, me
muero de frío y tengo nauseas, no sé dónde estoy, despierto veo unas sombras
al lado de una pequeña hoguera que calienta una olla abollada y negra con un líquido que parece oler a café, los
tipos ríen y siguen fumando pasta, ¿Que hago aquí? me levanto me acerco, mi
saco está sucio huele a tabaco, a sudor me ofrecen un cigarro y aspiro la droga, me
tranquilizo-
-Hola gringo- me saluda una voz rasposa, se te acabo la
plata brother-
No lo reconozco, busco instintivamente mi billetera no está.
-si buscas tu billetera- la vendimos y tus tarjetas ya
no servían porque ni las claves te acordabas- ríen todos.
Me invitan café
aguado con alcohol, lo tomo y me da nauseas, mi camisa esta hecho un asco no
tengo corbata, era finita supongo la vendieron, está amaneciendo, no sé qué día
es, les pregunto, es Domingo me contesta un viejo desdentado, o que parece viejo.
Pucha no recuerdo nada, salí del trabajo el viernes y
fuimos a tomar unos tragos, al centro , tomamos mucho y consumí un poco de coca que
alguien me invito, luego con alguien de otro mesa salimos a comprar más, saque
plata del cajero nos vendieron por un jirón oscuro lleno de putas viejas feas y travestis, nos metimos a un barcito
lleno de cachaquitos del ejército que bailaban con travestis, y yo con el nuevo
pata tomando y comprando droga en el
baño del bar en algún momento salimos y
seguimos drogándonos no recuerdo más, hasta hoy al amanecer, tengo que regresar
a casa no tengo plata, ni como pagar un taxi estoy en un terreno vacío lleno de
fumones, como llego a Jesús María.
Salgo caminando de debajo del puente por
la avenida Tacna estoy sin zapatos, los fumones me los han robado, camino por
la avenida, veo los periódicos, perdí el Sábado es Domingo.
El estómago me duele tengo sed, hambre, paso por un mercado pero no tengo plata, me robo
un plátano y me botan a escobazos. Al pasar por una tienda veo mi reflejo en el vidrio ,
estoy hecho un asco. ¡Qué vergüenza como voy a llegar así a mi casa, tengo que
lavarme.
Que va a decirme mi vieja, realmente la embarre, creo
que llego la hora de parar el vicio, o me internaran no es la primera vez.
(Crónica de un pastrulo)
APAGON.
(Otra vez)
No debes salir, otra vez han volado una torre y hay apagón le dice doña Ana a su hijo, no le hace caso igual sale.
El barrio, con sus calles sin luz, los edificios negros
con velas cuya luz amarillenta se ve por las ventanas los hacen más oscuros, hay
silencio, a lo lejos se escucha una
sirena, es seguido las noches, el miedo ha ocupado la ciudad. Se
da la vuelta en la cuadra siguiente la calle está cerrada,
los tombos han puesto piedras y unas latas con trapos con petróleo los prenden al
comienzo de la cuadra parapetándose ante un posible ataque a su comisaria , también
tienen miedo.
Hace frío, y comienza la llovizna, esa lluviecita cojuda,
minúscula que moja todo, llega al teléfono público saca un rin pero el aparato está
roto, normal sigue caminando con las manos en los bolsillos llega a la tiendecita
con su vela también pero con la reja bajada.
-chau chino – me despido inhalando fuerte la primera
bocanada.
Paso por la puerta del cine, ya meses que no abre, a
veces los fines de semana, recuerdo cuando chibolo me escapaba de la casa para
ver las películas argentinas del gordo Porcel, poca gente, olor ha guardado ,la
luz del proyector hacía cobrar vida a las partículas de polvo.
Me
doy la vuelta regresó, la ciudad oscura,
es peligrosa, te pueden confundir y meter bala. Aunque aburrida la casa es más segura,
solo la radio a pilas …Rpp el atentado dinamitero ha sido en los cerros de
Chosica ,nos informa nuestro reportero ,adelante ……..
Pelao
Corre
pelao, intenta con un trapo limpiar las luna de un carro , la mujer lo mira asustada
y cierra la ventana, cambia el semáforo los carros parten, es un chico de
10 años bajito ,no se le puede saber la
edad tiene cara de viejo de sufrimiento
de hambre, cuerpo desnutrido , la cara
sucia , con cicatrices al igual que en la cabeza rapada, por eso le dicen pelao, nadie sabe su nombre
, el no lo quiere decir ,se llama Jesús, escapó del orfanato nunca conoció
a sus padres.
¡
Corre pelao ,ahora si ¡ lo anima otro chico , de los pirañas , así se les llama a los niños
mendigos del centro de Lima, andan en grupos. Pelao, llega a un carro y mira
con los ojos de la desesperanza , la indiferencia del conductor que lo ignora,
intenta limpiar la luna , y el tipo lo bota ! fuera mierda¡ se queda
parado y los ojos se le humedecen de
cólera, las tripas le suenan , el amigo
lo jala para que los carros no lo atropellen.
Ponte
mosca pelao , sino no vas a limpiar ni uno , metele el trapo de frente sin
mirarlo. Le aconseja, esos conchesumare
no te van a dar nada sino lo haces, y la acaricia la cabeza en la cicatriz
, se sientan al borde de la pista le alcanza la bolsa de plástico con
terokal aspira varias veces, la vida se hace menos dura.
METEORITO
El
encuentro era ineludible, lo sabia y tenia que salir a buscar el choque , el
bólido venia del cielo , rapidísimo, solo eso estaba en su mente , el encuentro
con el bólido seria doloroso pero tenia que hacerlo para eso
estaba allí, salió corriendo a buscar la
colisión salto , otros también saltaron disputando el choque, salto mas alto
y golpeo fuerte con la frente dirigiéndola hacia la esquina ,
el arquero no llego , la cabeza le dolió el grito lo ensordeció gollllllllllll.
DESCUIDO
Subió al bus viejo lleno de gente, regresar a casa, todos los días
a la misma hora el mismo paradero, cansada, la cartera y la lonchera.
Lleva la moneda en la mano con que
va a pagar, la cartera bien sujeta pegada al cuerpo, sigue entrando más gente –
avancen, al fondo hay sitio – grita el cobrador abriéndose paso, da unos pasos
y se va ubicando cerca de la puerta de atrás,
el tráfico es lento, la ciudad comienza a oscurecer, se acerca el invierno, es
hora de traer un chompa piensa, la música inunda el carro a un volumen muy alto
el arbolito del grupo Néctar , le molesta, nadie dice nada.
La gente apretujada, los otros buses
igual, salir del centro de la ciudad antes que oscurezca, puede haber un apagón
y el miedo envolverá a la gente, la última vez, los terrucos anunciaron un paro
armado y la gente salió despavorida, no había carros ni taxis, ni bien oscureció
se escucharon las explosiones cerca nomas por el por los cerros del Rímac, y unas antorchas con la hoz y el
martillo se iluminaron en el cerro.
Va llegando a su barrio, se ubica cerca de la puerta. Siempre la cartera bien sujeta, -bajan, bajan- gritan
justo cuando el semáforo da verde. Empujando el muchacho se abre paso, al
llegar a la puerta, el empujón la
desequilibra y la mano buscando donde agarrarse queda expuesta sin protección,
siente las uñas en la muñeca y el jalón que le arranca el reloj, el tipo salta,
vuela, desaparece en la multitud.
Solo grito y apretó
más la cartera, nadie dijo nada, todo fue muy rápido, la cólera, la impotencia,
la hacen llorar, se seca las lágrimas, ve en su piel tres rayas rojas con un
hilito de sangre, no más reloj, es de todos los días en todos sitios.
De pronto sonríe,
era un piojito de 15 soles , ojala la próxima vez que robes te pise un micro y
mueras chancao piensa.
Paradero bajan.
Grita.
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