MI NOMBRE ES SONAN
Don Sato |
Con aprecio a Julio, Roberto
Y otros amigos nisei.
a K y B lectoras.
Nos conocimos una mañana haciendo cola en la
farmacia del hospital; un nisei más o menos de mi edad o un poco mayor , nunca se sabe, hay gente muy vieja que parecen
más jóvenes y otros de apariencia juvenil y van con muchos años a cuestas.
Sesenta y cinco años más o
menos, pelo largo canoso, lacio sobre el
frente, ligeramente subido de peso, unas
bolsas debajo de los ojos característico
de los que sufren retención de líquidos.
Impasible, avanzaba delante de mí,
me percate que llevaba un programa de las carreras de caballos doblado en el bolsillo
posterior del pantalón arrugado. Hípico pensé.
La cola avanzaba y de pronto por
el altavoz anunciaron que el medicamento ibersartan un medicamento para la presión
arterial, seguía agotado, bueno pensé, ni hablar así está el seguro.
– chesumare- le escuche bajito al japonés, dentro de la protesta de tantos
viejos, el asunto pasaba por que la
mayoría de ancianos que tomaban el valsartan , lo
habían retirado del mercado por no sé qué problema con un excipiente
prohibido y los médicos lo habían
reemplazado por ibersartan , el seguro
no tenía el stock suficiente , ni previsto el cambio tampoco comprar
era casi fin de año , menos presupuesto
,así son los imprevistos, o así es el seguro.
La farmacéutica una mujer joven
de mirada recia recibía las quejas y los improperios, con el rostro impasible,
resultado de millones de quejas desde que comenzó a trabajar, sin amargarse con
una expresión que no decía nada –llame
la próxima semana, el medicamento esta por ingresar- recitaba como una letanía
mágica de forma automática en un tono monótono,
sin variantes.
El hombre volteo y me pregunto - ¿no le queda nada de
ibersartan?
– Nada y es para mi señora – conteste. Al
menos no hicimos mucha cola añadí.
– Ja, yo también vengo a recoger para la jefa-
coincidencia dijo.
Comenzamos a abandonar la
farmacia mientras me comentaba que se había prestado veinte pastillas de la cuñada, tenía que
comprarle para devolverle y para la señora.
Esta cara en las farmacias y no
hay genérico le comente.
- Eres del ojo- en alusión a mi ascendencia china - mi viejo era japonés, comento mientras ganábamos la calle. Otra coincidencia,
dijo mientras sonreía.
Voy al peruano japonés, allí está
más barato dijo, lo pensé, tenía que comprar de todas maneras y
a los jubilados lo que nos sobra es tiempo no plata, decidí acompañarlo.
El policlínico peruano japonés, está
en la Residencial San Felipe en Jesús María. Vamos en la 48, decidió- esos viejos buses amarillos que cada vez
tienen menos gente, por un cambio de ruta,- nos ahorramos el taxi y podemos
comprar un poco más me dijo ahora tiene siempre asientos vacíos.
Caminamos en
silencio hacia la avenida Salaverry.
– Vivo por acá cerca nomas - dije iniciando la conversación.
Yo también cerca a la iglesia San José. Hay mucha coincidencia,
comento pensativo cruzando la pista, me
llamo Julio Baylon, me presente.
Mucho gusto Julio Ychikawa me respondio , somo tocayos rio, ja dijo otra coincidencia, blanco con ojo chino
y apellido de negro, cosa rara apunto pensativo.
- Es raro pero los apellidos van cambiando, los registradores escriben lo que escuchan o
saben- le conté que mi bisabuelo que
había venido de Cantón apellidaba, May Lon,
cuando fue al registro civil un
burócrata soñoliento lo cambio por Baylon que era el apellido que más le sonaba y
de alli somos Baylon . Reímos.
Llegamos al policlínico, hicimos
la cola cada pastilla costaba dos soles
con ochenta compre diez y el veinte - No
alcanza pa la semana carajo- con el
sueldo de jubilado estamos jodios, dijo
casi hablando solo mientras se arreglaba el pelo rebelde que le caía a la cara
y guardaba el vuelto.
Saco del bolsillo su programa hípico,
era Lunes, mañana me juego una dupletita por si acaso.
Recordé la fama que tiene
los orientales de jugadores de caballos. cartas, loterías,domino ,dados , mi padre y mi abuelo cuando era niño me mandaban a comprar sus
apuestas los sábados.
Caminando pasamos por una farmacia,
había un puesto de apuestas de la tinka me dijo, voy a comprar una, hoy ha habido
varia coincidencias sin conocernos,
hemos caminado juntos hace una hora, ayer, ni sabíamos que nos encontraríamos .es
un aviso, sentencio.
Compramos la tinka, yo al azar el hizo un estudio como de 10 minutos
mientras concentrado fumaba un cigarro casi sin sacarlo de los labios, tres juegos,
siempre impar, es así mágico dijo hablando solo. Le pregunte por su
método, ja, río he visto el número
de letras que tiene el ibersartam, el número de letras de su nombre, la edad de
mi señora entre dos, la numerología es un arte, dijo, bueno lo practico pero no
lo domino a veces que juego a los
caballos por cábala, me dijo he ganado no mucho pero algo.
Antes de despedirnos me dijo
desde que salimos del hospital pensé en jugar la tinka, mucha coincidencia reflexiono.
Bueno si me la saco lo busco Señor. Ychikawa, - le dije mientras nos dábamos la mano, ja , May Long, en realidad no
me llamo Julio, mi nombre, es Sonan se
fue lento con ese caminar que tienen los japoneses viejos en el Perú.
nos vemos el primer Miércoles de Enero 2019.
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