PEQUEÑAS INFAMIAS HISTÓRICAS
EL
INCA Y EL EVANGELISTA
Después que fueron
emboscados por los hombres blancos con
la cara llena de pelos, palos que escupían fuego y metal que se metían en la
carne ,iban montados en animales más grandes que las llamas. El Inca fue
apresado rápidamente y puesto en prisión.
Lo dejaron con un pequeño grupo de sus más
cercanos, para acompañar y asistir al soberano hijo del Sol allí estaba yo un
chicucha muy jovencito en ese tiempo.
Atabalipa nunca pudo recuperarse de la
traición de los blancos, eran pocos y amables pero unos zorros, y lengua de
mentira les creyó a pesar que sus
sacerdotes le dijeron que escrito estaba de la aparición de seres que vendrían
de los mares a destruir el imperio, pero eran tan pocos frente al formidable
invencible ejercito del Inca que no creyó fueran a atacarlo menos vencerlo.
Un indio traidor sirvió de intérprete
de la legua del invasor. Nos encerraron, nos dieron alimentos, y al tercer día
el jefe de ellos un blanco viejo y menudo lo busco para decirle que quería el
oro y la plata. Atabalipa los ignoro,
pasaron días y venían a conversar por
las tardes por las noches.
Una noche apareció con otro
blanco con vestido negro y un cuadro de
madera, y estatuillas blancas y negras.
–Es ajedrez – le dijo el de
negro, con dos palitos de metal atravesados que llevaba colgando en el pecho.-
es un juego de dos reyes que luchan.
- Te enseñare y pasaremos el tiempo menos
aburridos-, le dijo mientras acomodaba las figuras en el cuadrado con
cuadraditos.
El inca aprendió pronto de paso que iba
conociendo el idioma de sus captores, que seguían pidiendo oro. Pasaron los
días y el inca bajo de peso pero aún seguía siendo un hombre alto y robusto.
Hasta que negocio con el
jefe de los enemigos –me dejaras libre y yo te daré todo el oro que se
necesario para llenar este cuarto, hasta donde mi mano llegue.
Así quedaron pues, el hijo
del Sol y Francisco el invasor. Pero el de negro que andaba con una extraña cosa en
las manos quería que ya no fuera hijo del sol, sino de su dios, un extraño
señor que vivía en los cielos.
Mando a sus emisarios el Inca para que
trajeran el oro del rescate, pero el de negro, tenía barba negra y cabeza pelada,
lo buscaba para jugar ajedrez y que se convierta a su creencia.
Era de noche y el de negro
llego con Biblia así se llamaba la cosa que tenía y que la abría y le hablaba.
Se sentaron y mientras
hablaban, el hombre de negro. Le agarro la pierna y comenzó a subir la mano. Y
quiso morder la boca del emperador. Atabalipa que tenía 100 ñustas por
esposas, lo rechazo enérgicamente y lo empujo, cayendo la Biblia. Fue acusado
de ser demonio, y el Inca rompió acuerdo
de traer oro sino mataban al de negro.
Pensando oro está en camino,
los invasores mataron al Inca. Contando historia que fue por sacrílego y botar
Biblia. La verdad es la que les cuento los mataron porque gordo de negro, cura le
decían, era chinaku y quería coyunda con
el Inca.
EL
LIBERTADOR
Don Ramón, exitoso militar
de carrera y político, llego a la presidencia dos veces , estaba casado pero no tuvo hijos en el matrimonio , tuvo una amante oficial con la que tuvo un hijo, según cuenta la historia, tuvo 5 hijos más, y muchas aventuras en su
haber, sus mostachos, sonrisa el uniforme engalonado y condecorado además de la galanura lo hicieron famoso por las batallas ganadas en
el campo de las armas y lides del amor.
Llego a la presidencia y se
le recuerda por sus muchas obras en bien de la patria ser amigo de sus
amigos y aplicar la ley a sus enemigos,
triunfador de Tarapacá una de las pocas
batallas ganadas en la guerra del Pacífico.
Corría su segundo gobierno y
Don Ramón, no pasaba todas las noches en casa, las múltiples ocupaciones
reuniones sociales, partidarias lo alejaban del lecho conyugal, además de su
amante a la que le había puesto una
casa, salía de parranda los fines de
semana.
Los campos azucareros con esclavos negros, comenzaba a sufrir por
falta de estos, por allí con sus compadres se les ocurrió traer chinos para
reemplazar a los negros, además la explotación del guano de las islas iba
viento en popa pero esa es otra historia.
Amanecía un Domingo en Lima,
en Febrero siempre caluroso húmedo, la ciudad silenciosa, el inmenso dormitorio
en penumbra, con los altos techos protegía a los amantes. El barrio del Rímac
los alojaba, Ramón se estiro y boto las sabanas el calor y un ligero sudor en
el cuello lo despertó.
A su lado Josefa le daba la
espalda húmeda, ronroneo y se dio la vuelta enroscándose desnuda sobre su
hombre. Negra rotunda, de pelo apretado grandes pechos, y gran nalgamenta, Ramón
la abrazo con el brazo izquierdo mientras la mano derecha viajaba por la
geografía del negro continente.
La luz matutina atravesó la ventana protegida por la cortina de
leve tul, un gallo canto cerca y fue seguido por muchos más. Despertaba la
ciudad y también los deseos de la pareja
Ramón, sintió el deseo de Josefa, acaricio su pelo crespo y apretado, y la piel
caliente lo encabritó, hicieron el amor nuevamente con la fuerza del nuevo día,
briosamente sin apuros sin demoras.
En el primer piso, los ayudantes escuchaban
los gritos desaforados de Josefa, mientras preparaban parsimoniosos el desayuno, con tamales y huevos del corral,
el café humeante perfumaba la cocina.
La negra se levantó, camino
desnuda en busca de su ropa desperdigada, el hombre, fatigado cerro los ojos
comenzó a dormirse, soñó algo que no logro recordar, pero sintió tranquilidad,
paz.
- Josefa acércate- le ordeno. Ella obedeció, y se sentó a su
lado.
–Tengo que decirte algo – murmuro con los ojos
cerrados. –
Puso la mano sobre su muslo, suspiro profundamente.
Tocaron la puerta. Y alguien
dijo -el desayuno está listo señor –
Ella sonrío en silencio,
mientras le acariciaba amorosa el
pelo, el todavía con los ojos cerrados la
acerco, la abrazo Y le dijo con firmeza
– El lunes firmo tu libertad-.
EL
BEATO
El abuelo de Martín, fue un
gran brujo Yoruba allende los mares,
antes de ser convertido en esclavo y traído a Cuba. Tuvo una hija
con una mujer de la etnia Ewe que
era practicante de Vudú.
Años después de un
peregrinaje por Panamá. Fue llevada al Virreinato del Perú y liberta
convirtiéndose en una negra horra. Ana, trabajando en Lima para un noble portugués de apellido Porras
quedo encinta.
Ana Velásquez que así se bautizó
en honor a su padrino, heredo de sus padres los poderes ancestrales, abrazó la fe cristiana como la mayoría de
esclavos, pero en secreto siguió adorando a los dioses de sus padres siendo una
muy discreta curandera, limpiadora, pasadora de huevo, yerbera. De otra forma
hubiera ido a parar a la inquisición.
Sus dos hijos Martín y Juana,
vivían con la madre en pobreza, por el
abandono del hidalgo portugués, quien mandaba tarde mal y nunca algunos pocos maravedíes.
Puso Ana a Martín, siendo
muy tierno como ayudante de un barbero herbolario y luego de un boticario, sabía que era
necesario que se empapara del conocimiento de hierbas sanadoras y artes del curar, tenía que seguir con los
conocimientos de los ancestros, la propia Ana le iba enseñando a los hijos los
conocimientos de los abuelos. A Julia le tenía reservado la transferencia del Vudú
que solo va de mujer a mujer.
A Martín le tenía reservado
lo espiritual así que a los 15 años lo metió al convento de los dominicos, de
pasada que se recurseaba casa y comida. Entro, por ser ilegitimo como terciario
y llego a fraile. Era un hombre carismático y muy humilde .dedicándose al cuidado de los enfermos y
dando de comer a los más pobres.
Martin descubrió muy joven
los poderes que tenía, entraba en trance a la hora de oración y podía leer los
pensamientos de los otros frailes,
pasaría tiempo para que su madre le contara los poderes que tenía los
heredados él y su hermana de sus antiguos en África, al poco tiempo le
invito a un rito Vudú de los negros
libertos y algunos cimarrones en Santa Clara, una hacienda al oeste de Lima,
allí danzando hasta el paroxismo entendió
su misión en la vida curar y aliviar a los enfermos con su conocimiento de
herbolario y barbero.
En el convento trabajo en el
dispensario donde cuidaba a los enfermos
del convento y algunos pobres entre los pobres.
Fue allí que gracias a su
poder de fascinación pudo hacer comer de un mismo plato a perro
pericote y gato. Con su poder heredado podía dejar su cuerpo o estar en dos
sitios a la vez curando a pordioseros mientras seguía con sus oraciones en su
celda.
Alguna vez lo vieron levitar mientras oraba y
entraba en éxtasis, pensando sus
hermanos frailes que sufría convulsiones, pero en esos momentos se desdoblaba y
aparecía en sitios distantes. Tuvo el poder de la telekinesis heredado de su abuela,
es famoso el milagro de evitar que un hombre se estrellara contra el piso,
man teniéndolo suspendido a pocos centímetros del suelo, mientras humildemente
solicitaba permiso al Prior para hacer
el milagro.
Muchos años después fue beatificado y luego santificado por la
iglesia católica, pero en realidad Martín fue y sigue siendo un
poderoso brujo yoruba.
5 de Junio. 2018
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