miércoles, 27 de mayo de 2020

UNA NOCHE EN LA PANDEMIA



 UNA NOCHE EN LA PANDEMIA.

26 mayo, hace un año a esta hora 7 y 20 de la noche  salía a mi guardia nocturna de
Domingo, al día siguiente me operarían de emergencia.
Gracias a todos los que me salvaron.




La otra noche en pleno toque de queda me vino un acceso de asma y el miedo me paralizo, es el covid carajo, pensé, ya estoy viejo esta no el cuento vivo solo en mi departamento no hay a quien llamar ni siquiera está el vigilante de noche.
Eran cerca a las nueve y la clínica está cerca ,llame un taxi y me llevo en un santiamén, entre por emergencia, me faltaba el aire ,del  susto me olvide de mi inhalador salva vidas,  me vio un médico en un buzo blanco que lo cubría totalmente además de las mascarillas la escafandra los guantes, y una distancia no muy médica , más bien una lejanía que hacía que no lo entendiera bien por sus muchos aparatejos defensivos, hacía que su voz no fuera clara  con una pistola me tomo la temperatura 37,3 dijo fríamente.  el estetoscopio me pareció un poco largo, escucho mi pecho mi espalda, me hizo abrir la boca con la baja lengua que cogió de la punta y después que dije ahhh y me dio nauseas, lo boto lejos en un balde con u líquido que olía a lejía
 – ataque asmático, placa de pulmones igual háganle un hisopado para descartar la covid uno nueve- dijo autoritario. Enfermera llame a laboratorio para la prueba, y nebulícelo con fenoterol, una hora y se fue. Me llevaron a la sala de rayos x me saque la camisa el chaleco la casaca me pusieron calato pegado a una muy fría place de metal y lo de siempre tome aire, no respire listo vístase puede salir. Tengo seguro así que no me preocupe, me pusieron la mascarilla y sentado en un cubículo aislado no me dejaron preguntar nada, pero los años de experiencia en tantos ataques de asma, me hicieron pensar que solo era eso, mientras pensaba y el oxígeno entraba como un bálsamo, recién me acorde de mi salbutamol salvador, tengo uno en el carro, otro en el baño, en el trabajo, en mi velador. Pucha no estaría acá si me acordaba del aerosol, pero ya estaba allí.
Vino la señorita de laboratorio, también disfrazada pero igual se le notaba que tenía un cuerpazo, creo que le quedaba un poco chico el mameluco, un palito con algodón que me lo metió por la nariz hasta la garganta creo, un poco tosca la nena, luego tomo mi dedo índice con sus manos enguantadas me hizo un piquete tomo la gota de sangre y se fue con un andar demasiado sensual para laboratorista, la enfermera la miro con cierto desprecio, que historias tendría esa clínica pensé.
Antes de la hora ya estaba aliviado, me volvió la tranquilidad y dormite   la enfermera me despertó, listo señor, el doctor lo examinara, espere como media hora que regresara, era cerca de media noche, me examino más tranquilo vio las imágenes de rayos x por la computadora, pulmones limpios, no hay problema, reviso los resultados de laboratorio –no es covid uno nueve, no sé por qué no dice diecinueve nomas, bacan el doctorcito. Solo fue un ataque de asma, tuvo suerte debe cuidarse de las corrientes de aire y ropa guardada, adivino que había sacado el saco viejo que me gusta tanto, escribió algo y me dio la receta lo de siempre salbutamol y prednisona.
 Pase por farmacia y administración me dijo suerte hasta luego por ahora está sin virus dijo y se fue. Saque los medicamentos de farmacia y pase por administración había dejado mi tarjeta del seguro al ingresar. siempre cobran la franquicia o como se llame unos 90 soles, pero la cuenta que me dio iba por los mil soles, antes que preguntara, la señorita cara de palo además con mascarilla y escafandra y una cinta separadora de su mostrador me dijo las pruebas de despistaje de covid no están cubiertas por el seguro.
 –yo no las pedí- levanté la voz
-tampoco dijo que no se la hicieran- me dijo con una sonrisa encubierta y cachacienta.
Me jodieron pensé, pase la tarjeta de crédito se cobró mientras pensaba como descobrarme la viveza de la clínica, voy a denunciarlos a la radio le advertí mientras me entregaba la factura y la tarjeta. – gracias por su preferencia- me dijo, creo que riéndose por dentro. Salía y en pasadizo estaba el baño, me dio ganas de orinar y entre, comenzó a orinar fuera por todos lados, bueno allí por lo menos me el cobro pensé mientras feliz orinaba las paredes, me saqué todo el papel higiénico, y salí más aliviado con mi aerosol y mi factura.
No había un taxi y recordé que me había quedado sin plata al pagar el taxi en que vine, bueno no estoy muy lejos de casa, me voy caminando. Cruce y al entrar a la residencial con sus amplios jardines y espacios interiores vacíos con jardines poco iluminados, de pronto un miembro del serenazgo me alcanzo, un hombre de mediana edad que se cubría el rostro con una mascarilla y una bufanda. -buenas noches señor- me saludo está infringiendo el toque de queda me dijo mientras seguíamos en el camino.
Bueno si, vengo de la clínica, le mostré la bolsa de la farmacia una emergencia, vivo cerca soy del barrio le dije. – ningún problema, este sitio felizmente es tranquilo siempre hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos  dijo llegando al paseo principal yo tome la vía de la derecha y el detuvo la bicicleta se despidió , -hasta cualquier momento- buen turno le respondí  y camine unos pocos pasos, tenemos buena seguridad  jodido trabajar de noche por  las calles y solo  me di vuelta para hacerle un saludo con el brazo, no había nadie, las dos veredas eran largas y visibles tan rápido no podía haber ido.
Sentí un escalofrió que me hizo temblar mientras una ráfaga de aire frio movía los árboles y un perro aullaba en un edificio cercano, vi la hora eran las tres de la mañana, ¡no podía ser!,  había salido de la clínica  poco después de la media noche, cerca de tres horas perdidas en mi memoria, camine de prisa a mi edificio ,estaba sudando ,ese breve dialogo no podía haber durado tanto, recordé  la varias veces de las almas en pena que me contaban de niño, y que algún vecino antiguo de la residencial, de las cosas raras que pasan en los jardines y en los pasadizos de los edificios , luces que se prenden solas ,pasos de gente que baja corriendo, -hay muertes violentas y muchas historias feas acá adentro me conto un atardecer sentados en una de las bancas, el tiempo de los muertos no es el mismo que el de los vivos recuerdo dijo.  Pensándolo bien nunca más volví a ver al caballero muy anciano por demás.
Llegue a mi edificio y estaba el sereno que pasa la noche allí. Le conté lo que me había pasado, me dijo - parece que la almita está saliendo más por la pandemia, todavía no me he cruzado con ella, pero varios serenos la han visto. Ya en mi departamento prendí todas las luces con un vas o de whisky me puse a ver por la ventana como el aire movía los árboles.


                                                                      

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