CRIMEN EN EL REBA III
Que cuando el amor
no es locura
No es amor
Pedro Calderón de la Barca.
Algo le faltaba para cerrar el caso, no tenía confesión, ni
testigos, faltaban pruebas, sin el teléfono de Flora no se podía saber quien la
ha había llamado esa noche, la llamada que
recibió Núñez no era rastreable , sin eso la investigación estaba paralizada. Encontrar el teléfono de donde habían salido
las llamadas era clave, el asesino llamaba de ese teléfono a los dos,
un numero pero sin dueño, prepago
casi sin llamadas .Era alguien del hospital concluyo el cachorro,
mientras en su sala de audiofilo escuchaba un vinilo de Paul Muriat le
recordaba la casa paterna. Entrampado en eso
iba al hospital dándole vueltas
para tratar de encontrar algo mas, de noche en especial, pero era muy visible
la gente estaba enterada que estaba
buscando al asesino y lo veían con recelo, tenía que infiltrar a alguien
para que fuera sus ojos, encontró un joven de la escuela de suboficiales que
estaba dispuesto a hacer de detective, entro como empleado de limpieza, se podía
mover por cualquier lado, escuchar,
Panta era el apodo para el espía del cachorro.
Pronto se metió en la vida del hospital, y vio que Ana era
un personaje permanente y andaba por todos lados, por los pisos consultorios, comenzó a vigilarla, si alguien
sabía algo de lo que paso esa noche era ella. Con el cachorro pusieron una
cámara en el pasillo de la escena del crimen que la prendía de noche, con la
esperanza de ver si alguien regresaba a la escena del crimen. Más de una vez la
vieron salir con bolsas, en el velatorio
de seis capillas había gente de la calle
hasta las once de la noche, un lugar fácil para mezclarse salir o entrar de la calle. Los pasadizos
colindaban con los almacenes, las paredes protegidas por mallas metálicas en la parte superior. Por allí vio como la
doctora con ropa de calle de un salto llegaba a la malla con un empujón logro se desprendiera se perdía en la oscuridad del almacén de
repuestos y cosas sin movimiento, un lugar muy poco visitado lleno de polvo con
tarjetas de kardex con solo anotaciones de inventarios años tras años, era uno
de sus refugios para pasar la noche un lugar como detenido en el tiempo.
Con el permiso de la administración entro , vio las huellas en la pared por donde
entraba, en uno de los pasadizos en una inmensa caja de madera que servia de refugio, encontró
frazadas , ropa vieja y papeles acumulados en folders y cuadernos, pero nada más
, caminando vio una tapa de cemento en
el suelo, estaba limpia sin polvo como todo
a los alrededores la levanto era, la entrada a
los ductos de agua que entraban al hospital, se podía ir por ellos a
gatas ,recorrió una parte de ellos en la humedad y entraba al pozo del hospital
, era un deposito del tamaño de una piscina
encargada mantener el abastecimiento siempre. Más adelante desde una puerta
pequeña, se podía escuchar los calderos , todos pasadizos intransitados
,desconocidos para la mayoría, estaban
en desuso.
Allí encontró el cachorro el refugio más secreto de Ana, un
cuartito con un foco de luz amarilla que daba al incinerador que había dejado
de funcionar a fines de los años ochenta. Cajas de cartón llenas de papeles documentos
fotos recortes de periódicos que remontaban a años pasados , medicamentos, cachivaches,frazadas, una caja con
lentes ,cadenas de oro, billeteras , relojes celulares aparentemente robados ,
sin mover mucho para no ser descubierto
miro los celulares algunos ya antiguos lo que lo asombro y paralizo fue
encontrar cajas de cartón escondidas debajo de trastos viejos llenas de
billetes protegidas con bolsas plásticas, no podría calcular cuánto pero era
demasiado , no guardaba su dinero en el banco, lo asusto ver una cabeza de
perro momificada, como cuidando su tesoro. Al salir tuvo la certeza que Ana tenía que
ver con el crimen. Se entrevistó con el psiquiatra que la veía, vio su historia
clínica casi vacía, diagnostico de esquizofrenia.
En las grabaciones de la cámara escondida logro verla más de una vez, al pasar por el
lugar del crimen, la vio sobre parar y persignarse , con eso no podía
arrestarla pero tenía que vincularla con
Núñez. Lo interrogo buscando la relación, solo sabía que lo odiaba, alguna vez
tuvo que ser testigo por entregarle medicamentos en recetas falsificadas,
el las había atendido por que los técnicos le tenían miedo y preferían no
tratar con ella, las recetas no venían a su nombre y hacia una rúbrica inidentificable.
El asunto quedo en una sanción que Ana apelo y no se hizo efectiva, pero lo denuncio por falso testimonio, calumnia y
otros que tampoco prospero. El cachorro observo que una farmacéutica era amiga de
Ana, la buscaba con alguna frecuencia en las guardias y se quedaba con ella
conversando horas.
Entrevistada supo que Ana había comenzado estudiando
farmacia y allí se había trasladado a medicina, supo del odio por Núñez, en la facultad habían hecho los
primeros ciclos juntos ella se enamoró
de él, sin mayor fortuna. Pero en una fiesta él medio borracho se había
enterado de su admiradora y bailando la beso,
ella ilusionada lo amo más que nunca para Núñez no significo nada y pronto
lo olvido, ella se cambió a medicina y lo odio para siempre.
Pero todos sabemos que no hay crimen perfecto, saber de quién
era el teléfono daría con el asesino, lo
había timbrado varias veces, pero sonaba desconectado, ¿Cómo hacer que lo
conecte? Y estar cerca cuando lo haga, tenía que idear algo para que cargara el
teléfono y contestara. Dejo correr el rumor que Núñez había enviado un mensaje
al teléfono del asesino, diciendo que sabía quién era.
-Se quién eres, espera
mi llamada tienes que darme cien mil soles o aviso a la policía-
breve conciso
amenazador.
Encargo a Panta estuviera lo más cerca que pudiera de
Ana en especial por las noches a la hora de la cena, ese Jueves el cachorro llamaría y si su hipótesis era
correcta, sonaría el celular en
poder de ella. A las diez abrieron el comedor la gente llegaba , Ana tenía los horarios estudiados,
cuando la afluencia era alta las colas
crecían para recibir la cenaese omento era aprovechado por Ana para colarse ,se
puso en la cola y Panta un poco más atrás ,sonó el teléfono que tenía
Ana, pero no contesto, Panta le aviso a al cachorro Rosas, quien puso el equipo
operativo en acción, estaban cerca a la espera de entrar en acción.
No debía salir del comedor ni perderle de vista, por si
se deshacía del celular y todo quedaría
en nada. Panta tenía el celular en comunicación con Rosas, -avísame a la hora
que se levante– le dijo- ni bien observo q se paraba le aviso, el equipo estaba en el primer piso
listos a bajar al comedor en el sótano, el cachorro llamo, el teléfono timbro
varias veces, hasta que contesto en ese momento bajo el equipo y cerro la
entrada.
-¿qué quieres? Dijo fríamente,
la mujer antes que dijera algo
– Solo que sigas caminando, te estoy esperando – contesto
Rosas con algo de sorna.
Ana estaba a metros
de la puerta, levanto la cabeza y se puso pálida tres varones y una mujer
policías y el cachorro que sonreía la esperaban, todavía tenía el teléfono .se le acercaron
rápidamente y le quitaron el aparato, no intento nada, la había descubierto.
La obsesión patológica la había llevado a querer vengarse de Núñez, por un hecho intrascendente en el pasado pero para ella una afrenta imperdonable, años había guardado su rabia, de la ofensa del hombre que había amado, cuando coincidieron en el hospital, en
ella se exacerbo el mal que llevaba, lo odio más que nunca, porque además no la
había reconocido, había pasado mucho
tiempo. Tramo con paciencia su venganza, matarlo era poco, tenía que vivir el
suplicio de morir en vida en una prisión. Lo siguió años pero no lograba
envolverlo, hasta que la enfermedad y la
edad hicieron crisis, agudizando su mal
perdiendo cada vez mas contacto con la realidad.
Involucro a Núñez, en el asesinato donde todo lo incriminaba, la única pieza
suelta era poder relacionarla por el
celular, que había comprado en la cachina, se comunicó con la
pareja cada uno con sus intereses, debió
deshacerse del aparato pero lo guardo con los otros que había hurtado. Ese fue
su talón de Aquiles la enferma avaricia que la aquejaba.
¿Qué paso después?,
Ana detenida 15 días preventivamente presento argumentos de vicios de forma
procesal en la detención y certificados de salud que demostraban el deterioro de
su salud mental, siendo internada en un hospital. De donde huyo, nunca encontraron todo el dinero en cajas de sus sueldos escondidos en el cuartito oculto en el sótano, alguien contó que la vio en Bolivia recogiendo cartones y plásticos
en la calle. Nuñez opto por jubilarse ,El cachorro Rosas siguió trabajando y jugando fulbito y escribió
una novela sobre el crimen en elReba.
Jesús Maria Agosto de 2019