miércoles, 10 de abril de 2019

LOS AMORES DE JULIUS




                 DE LA AMOROSA VIDA AMOROSA DE DON JULITO.


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No es que fuera mujeriego ni nada por el estilo,  Julio ya iba por su cuarto o quinto compromiso y a todas las había amado intensamente en su momento.

Andaba cerca de los setenta y ya era abuelo por tercera vez, y a la vez padre por quinta, y es que desde que nos conocimos en la adolescencia, era un tipo querendón, enamoradizo, de los que  no se andaban en términos medio o amaba intensamente o no amaba nada, algunos le duraban semanas sin ser correspondido sufriendo intensamente la incomprensión de que la mujer amada era indiferente a sus suplicas de amor.  De un momento a otro con la filosofía de los optimistas olvidaba por completo a la que fuera la razón de su vivir  varios cursos jalados además de hojas de hojas en sus cuadernos del colegio con corazones con el nombre de ella.

Además de una clara posición territorialista, ancestral según él le venía de familia, nadie podía ver  a sus hermanas sin su consentimiento, ni a las primas ni siquiera a las amigas y vecinas del barrio, si se aparecía un galán que no era de sus pagos, salía a correrlo. Con el tiempo las mismas chicas le hicieron entender que no era su tarea, ni nadie le había encomendado tal  función,  aceptó de mala gana pero siempre mirando feo al foráneo.

Lo recuerdo la vez que en quinto de media a la hora de salida íbamos en grupo, estudiábamos en un colegio mixto, rumbo a nuestras casas cuando a las pocas cuadras habían dos muchachos de otro colegio, esperando a dos amigas, no le gusto a  Julio, pasó a su lado y de repente sin mediar palabras lo agarró a golpes, se agarraron mejor dicho, los fuimos a separar  porque además los conocíamos del pueblo, que era chico.

-¿Por qué le has pegado?  Le preguntamos

 – me ha mirado feo- dijo lacónicamente, las compañeras se fueron con los chicos con los que habían quedado en encontrarse, era así de celoso, las quería  a su manera, media rara pero noble, era capaz de salir en defensa del débil  sin conocerlo, varias palizas se había ganado así, y cuando andábamos en grupo por el barrio, nos metía en problemas porque según su particular forma de ver las cosas, cada uno en su barrio nada de intercambio de amores interbarrios.

La primera esposa a la que amo  con locura siendo novios,  planificó una gran boda -separó una de las iglesias más solicitadas con ocho meses de anticipación - pensó invitar a todos sus amigos del colegio de la universidad del trabajo del barrio, pero ella le metió un recorte de acuerdo a las economías vigentes. Vivieron casados como quince años, tuvieron dos hijos hombres.

Pero su corazón lo traicionó , y se enamoró otra vez perdidamente y para toda la vida. – te lo juro hermanito, esta es la mujer de mis sueños, la adornaban todas las cualidades y no tiene ningún defecto salvo los pies planos. Vivió un tórrido romance hasta que no pudiendo vivir la dualidad, optó por separarse e irse a vivir con ella.

“la compañera” la pareja perfecta, la mujer que todo hombre anhela, podía ir a jugar fulbito con los amigos y ella lo recogía ya bien entrada la noche, con los amigos del trabajo se quedaban de madrugada los viernes  siempre llevaba uno a tomar desayuno a casa,  ella en silencio amorosa los atendía, y cuando se dormía en el sofá lo arropaba hasta medio día que exultante despertaba  la llevaba a comer un cebiche. Los fines de semana iban a ver a sus hijos y algunas veces los traía a su nueva hogar.

Así era  Julito,   ya por los noventa, en la época de los despidos  era activo sindicalista, de ir a marchas, a provincias llegando a ser dirigente nacional . Se ausentaba días por los viajes y ella lo esperaba, hasta que vinieron los despidos y fue uno de los que encabezó la lista de los que se quedaban sin trabajo, hizo la huelga de hambre  fue a todas las marchas, se encadenó en la catedral, y pasaban las semanas venían la pensión del colegio y alimentación a los hijos del primer compromiso, no le quedó otra que buscar trabajo en un mercado deprimido sin derechos laborales además de los sueldos bajos.

Optimista incorregible decidió hacer taxi,  así vivió  tres años  esforzados, en tranquilidad, lo veíamos poco, trabajaba casi todo el día y las noches de viernes y sábado. Hasta que le salió un trabajo fijo, bastante bien remunerado en ventas. El problema era que tenía que viajar a provincias de forma seguida, por ese tiempo su segunda señora quedó en cinta y tuvo su tercer hijo varón, entre viajes y cortos períodos en casa.

 La economía había mejorado ,pero igual había una boca más, así que se esforzaba al máximo con las ventas, trataba de extender el mercado lo que significaba quedarse uno o dos días más ,en especial Arequipa , buena plaza, muchos comerciantes de Tacna, Puno.  En la vida como en el fútbol  pasan cosas  a veces raras, el hombre propone y el diablo  mete la cola se y arma la pampa, justo cuando el suelo iba parejo. Vende aquí, vende allá su mejor cliente era un hermosa puneña de trenzas largas gruesas hasta la cintura, cuarentona ella, experimentada, exuberante, próspera comerciante con las cosas claras en la cabeza.

Desde que  vio al señor Julito, sus hormonas, sus genes supieron que ese hombre  , canoso de bigotes gruesos, un poco más alto que el resto era lo que estaba buscando para reproducirse , no por gusto había esperado tanto,  y había despreciado a tantos paisanos que habían pasado por su vida , ofreciendo juntar fortunas y camiones.

Y qué quieres que diga hermano, las ventas había que mantenerlas, fue lo que me dijo cuándo me contó de su nueva conquista, aunque en realidad era  él el conquistado, o esclavizado, todo depende de cómo se quiera ver. No solo le vendía bien, sino que ella obligaba a medio mundo en el mercado a comprarle. Lo único que pedía era que no durmiera en el hotel y pasará las noches en su casa de cuatro pisos, fogosa la mujer y el que no sabía decir no , se convirtieron más que amantes en  pareja mientras estaba en Arequipa, lo convenció de renunciar y convertirse en vendedor libre, ganando mucho,   y quedarse más días en el negocio, claro mas dias lejos de Lima también, la próspera comerciante , sabia de la familia que tenía en Lima pero no objetaba nada,  hasta en una de esas quedo encinta , el cuarto  ,por lo menos viene con su pan bajo el brazo pensó Julio, el único problemita era desdoblarse un tiempo en Arequipa otro en Lima, sucedió que no iban a ser cuatro sino cinco , tuvieron mellizos lo que los amigos paisanos clientes celebraron a lo grande.

Pasaron los años, los chicos crecieron  los dos primeros terminando la universidad, el tercero en secundaria por acabar  cuatro y cinco adolescentes. Manejaba bien las dos casas, plata había el trajín, el stress los viajes afectaron su salud  la presión alta y algunos pequeñas fallas en ese corazón inmensamente amoroso. Le hicieron tomar una decisión no podía seguir con las dos casas, obvio lo de Arequipa  era prioridad por lo económico, los niños adolescentes requerían una figura paterna más tiempo, sugirió la mujer que seguía trabajando duro.

Me lo contó ,me había quedado conociendo al tercero y ahora me contaba que tenía dos más y que lo perdonara por no contármelo a su amigo del alma, pero la necesidad de mantener el secreto lo había hecho necesario, me llamo de Arequipa donde ya se había instalado definitivamente a vivir , me llamaba para contármelo e invitarme a su boda civil nomas  ,si es que podía ir, y para preguntarme si el sildenafilo podría afectar su amoroso corazón que cansado , le metia sustos de  vez en cuando.

Ya andábamos por los sesenta y pico cuando nos encontramos en Lima me presento a una  muy linda mujer a la que doblaba en edad y embarazada – qué quieres que diga así es la vida, era  empleada en una de la tiendas, la poderosa empresaria los había botado a los dos con una mano adelante y la otra buscando chamba. Lo había tenido claro desde el principio a don Julito lo había conseguido con fines reproductivos y sus hijo eran dos hermosos jóvenes, estudiando el bachillerato en Los Ángeles para eso se había deslomado trabajando desde chica.

Cuando nació, la última de sus vástagos tenía nietos de 5 años, nos encontramos mientras yo llevaba a mi último nieto al colegio conversamos brevemente y se despidió  diciéndome.

–Que vamos hacer cholito tirar para adelante - con el optimismo que lo caracterizaba, iba al hospital para las vacunas de la criatura y le chequearan ese amoroso corazón amoroso.

   
abril .


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