miércoles, 20 de marzo de 2019

DOS TECNICOS DE GUARDIA





                                                      UN HOMBRE AMABLE.

A los amigos con
Los que hacíamos
Guardias de noche.

Hernán  es un hombre amable, educado, cortes . Siempre a disposición de sus jefes y compañeros.
Alto corpulento, con una voz ronca cantarina como los norteños, de allá  de Piura, trabajamos en el mismo hospital treinta años, como era mayor se jubiló hace unos cinco años, una despedida sencilla nos tomamos unas cervezas y de vez en cuando nos encontramos por el hospital.

Trabajamos en la farmacia era técnico y tenía mil historias que  me iba contando en las guardias de noche nos reíamos mucho, me contaba de sus anteriores trabajos en una farmacia de Breña. Hernán  parecía un charro con sus bigotitos tipo mejicano, de esos que tocan el guitarrón.

Era de Piura, por Chulucanas pero siempre me contaba sus encuentros de fútbol a pata pelada en la arena con la gente de un pueblo cercano, Yapatera, - todos son negros allí doctor- parece África, es un poblado de afro descendientes  cerca a Zaña que viven allí desde la colonia, cuando a sus abuelos los trajeron como esclavos a trabajar en el campo, hoy todavía es una población dedicada al agro.

Son buena gente, y nos invitaba a sus fiestas, bien jaraneros son, hacen poesía décimas le dicen y son bien graciosas.

Don Hernán, siempre lo trate así no sé porqué, me contaba de sus anécdotas de la farmacia donde trabajo muchos años, de la confianza que le tenía el dueño, el pasaba por su casa le daba las llaves y el abría el negocio. Era el encargado de llevar el dinero  de las ventas de día al banco como era grandote como que pensaban nadie se le acercaría.

Tenía una moto, en la que iba y venía de la casa al trabajo trabajaba por las mañanas y las tardes  además hacia guardias nocturnas. Una anécdota que me contó con la cual nos reímos mucho fue que él trabaja con otro técnico un poco mayor que él, y eran compadres  era muy galante con las clientes, cierto día en un mes de Julio, con la feria del hogar de esos tiempos, su compadre  le dice –Hernán vamos a la feria a la noche se presenta el Gran Combo - 

-no me gusta la salsa prefiero los boleros y los pasillos- me cuenta que le contesto.

Pero insistió y le contó que había invitado a una buenamoza que trabajaba de empleada en la casa de unos señores cerca, y que no quería ir solo. A tanta insistencia le acepto, cerraron la farmacia y salieron en un taxi a la Feria, el adelante, la señorita con el compañero atrás, en el ínterin habían preparado un botella de ron con coca cola, y se tomaron unos traguitos, para llegar chispeados.

El auditorio hervía de gente, habían llegado un poco tarde, pero el espectáculo no comenzaba y le habían quitado el trago al entrar,  pero antes de botar la botella  apuraron con la damisela el contenido, muy alegres entraron, avanzaron hasta quedar al medio gracias al cuerpo de Hernán que habría paso.

La música arranco y el público deliraba  muchas chicas se subían a los hombros de sus acompañantes para ver mejor, y no los dejaban ver bien y el amigo ,le dice  –ayúdame a subírmela a los hombros ,mira sus pernazas-  el traguito la música ,la chica mucho más joven y no muy delgada que el galán  maduro, feliz mientras él se tambaleaba sudando el corazón acelere dado, pero feliz con las dos piernas en las orejas, Hernán ningún problema porque era alto y no le interesaba mucho pero igual disfrutaba del espectáculo.

De pronto Hernán divisa  muy, pero muy cerca de ellos estaba la señora del enamoradizo galán con la damisela trepada y bailando en sus hombros. Además estaba con su esposa las comadres  con su hija y su hijo dos jóvenes.

Discretamente le pasa la voz que a la izquierda como a 10 metros estaban las patrona con los hijos, y lo habían visto a Hernán y le pasaban la voz, y lo peor pugnaban por acercarse, el tipo la bajo en un santiamén y salió disparado diciendo que iba al baño, dejándolo con la señorita que bailaba sensualmente pegadita a él.

La señora lo saludo –que milagro Hernandito no sabía que le gustaba la salsa -, si un poco dijo gritando por que la la música no permitía hablar más bajo, y la chica que se contorneaba pegadita, la señora observo  y le dice – bandido no, con la cara de seriecito – y se fue.

Hernán desconcertado no sabía que hacer quería irse pero ella estaba en éxtasis bailando verano en Nueva York. Pero cuando el diablo mete la cola, la mete y Henan divisa a su esposa y dos hijas que se acercaban, sudo frio, se sabía inocente pero  no iba a poder explicar que hacia  con esa caderona restregándose con él, me cuenta que se agacho dejó a la bailarina sin explicaciones y salió disparado para la salida y no paró hasta su casa.

Cuando llegaron la esposa y las hijas le dijeron que lo vieron en el gran show del Gran Combo de Puerto Lico. No podía negarlo, si le dijo de mala gana lo acompañe a Víctor, su compañero pero me aburrí y me fui. La señora le dijo si pues, nos extrañó verte allí no sabíamos de tus gustos por la salsa teníamos entradas para ir contigo pero como te demorabas, nos fuimos-}

Pero te desapareciste, y ya no te buscamos, estuvo buenísimo- le dijo una de las hijas, -si tocan muy bien se parecen a la sonora matancera, dijo Hernán viendo la tele con sus sandalias con sus enormes pies con juanetes, le decíamos pata de rana.

Al día siguiente me cuenta, que lo cuadro a su amigo y que nunca más le diga para prestarse a sus alcahueterías y que felizmente la comadre no había mencionado a la amiga.

Don Hernán gran compañero, una de las ultimas guardias que hicimos me conto que postulo al IPSS por que pagaban más y los horarios eran más cortos, el dueño de la farmacia  le rogó para quedarse y le ofreció un aumento pero eran ya muchas veces que aumentos prometidos quedaban olvidados.

 Una de las últimas noches de guardia  llegue y encontré en la refrigerador un huevo duro y unas papitas a la huancaína que me habían dejado. Me dice caliéntalo doctor ,le vaya a caer mal, no le hice caso, a media noche me dio el cólico más fuerte que  recuerdo, era un dolor fuertísimo en el  abdomen  trate de aguantar pero realmente era fuerte, tanto que le dolor me hacía sudar que llegue a mojar el polo  el mandil  , Don Hernán le paso la voz a un médico y me llevaron en camilla me hicieron una ecografía ,radiografía, pero el dolor era muy intenso solo recuerdo que me pusieron una vía con medicamentos ,que me calmo y me dieron dos días de descanso médico , la guardia la hizo solo mi Amigo . Al amanecer me sentía mejor y me había prestado una chompa que me quedaba grande mi polo y mandil  están mojados del sudor producto del dolor.

Lo recuerdo con aprecio cuando estoy solo en las guardias  escuchando boleros.




                               CALITOS  más conocido como LOLIN.

Carlos  Vargas, Calitos pa los amigos, es un técnico que también jubilo casi al mismo tiempo de Hernan,  hicimos guardias nocturnas muchos años, tipo mas hablador no he conocido, nos pasábamos la noche conversando, debíamos descansar un rato cada uno pero  montones ce veces vimos clarear el dia a punta de conversaciones y café .
              
De la Victoria lo había criado un tío al que quería mucho, trabaja con el desde chico en su negocio una bodega, a los dos le gustaba el futbol, desde niño lo llevo al Estadio Nacional, me contaba que vio a Pele, Garrincha, Didi, a Yashin el mitológico arquero soviético apodado la araña negra,  y que yo también los vi porque mi papá nos llevaba desde Chosica a las temporadas internacionales, habíamos coincidido en en el estadio sin conocernos.

Carlos era un técnico de farmacia antiguo de los que dieron examen en el ministerio de salud, con carnet y todo. Había trabajado en muchas farmacias , y tenia mucha calle ,muy palomilla, era mayor que yo , de pelo bastante cano que se incremento con los años, bajito narigón , tenía una caminada muy especial tipo Chaplin con las piernas medias arqueadas de tanto fútbol.

 Vivió de joven  por el Porvenir y alli jugo pelota con todos los negros de la Alianza , siempre se acordaba de Julio Baylon, que era grandote y jugaban en la calle .Calitos es de la U,pelotero ,pericotero por su talla corta era de toque fino y no iba al choque, jugamos muchos campeonatos en el hospital era macho y no  le corría a la patada, se hacía respetar , le gustaba la wuebadita ,la huachita, el pase de taco  ,los sombreritos , nos entendíamos de los mas bien yo lo acompañaba en la paredes y de pronto me ponía un pase largo a los pies, en la canchita del hospital, lo conocían como LOLIN, usaba una redecilla en la cabeza como Lolo Fernández.

Carlos se caso mayor ,  me contaba en las guardias así como Hernan sus aventuras , recordaba mucho una farmacia en el Callao donde trabajo mucho tiempo y fue la ultima antes de entrar al seguro por los mismos motivos que Hernan, mas sueldo y menos horas.

  Las noches de guardia con Carlos eran divertidas, hombre trabajador, atendía bien y rápido no faltaban sus galanterías con las técnicas y enfermeras, a la antigua respetuoso siempre.

 Se hizo por ese tiempo aficionado a la pesca , cuando salía de guardia, a la noche siguiente se iba con unos amigos al sur por Punta Rocas ,o Punta Negra, regresaban al amanecer con la pesca de la noche  . me contaba como era , cosa de mucha paciencia, había días que eran buenos y otros de los malos pero nadie se iba con las manos vacías , si alguien pescaba mas y otro nada , algo le daban.

Mientras atendíamos en las horas de menos afluencia , a las cuatro Carlos se empeñaba en preparar sus anzuelos, los amarraba 50 o mas anzuelos amarrados a un pedazo de hilo nilón  por mas que intento enseñarme no logre aprender, -esos anzuelos los amarramos a un cordel más grueso y muy largo , espinel o algo asi creo que se llamaba , la idea era que con cada entrada iban treinta o más  anzuelos y algo regresaba ,a veces no, pasaban la noche con el cordel en el dedo cuando sentían que algún pez picaba daban un tirón y así se pasaban la noche conversando entre la espera y el pisco. 

Había noches que regresaban temprano con buena pesca y otras al amanecer con muy poca, siempre con algo.

Algunas guardias ya le decía voy a descansar un rato por que si por el fuera seguía conversando con su café caliente. Las anécdotas eran de sus aventuras amorosas con las clientes,que las invitaba a bailar y se ponía a bailar solo , me enseñaba la agarras de la cintura le pones la mano en la espalda en las vértebras como un piano si responde bien sino , no es para ti,  grande el Carlitos gracioso con sus pasitos de bolero que me enseñaba,  el ponía inyecciones que le ayudaban a la economía . un tiempo en la época de la inflación se dedico a comprar y vender dólares por el centro de Lima, llegaba a las guardias con su maletica con sus fajos de billetes. A las finales comenzó a sufrir de un dolor en la espalda, tenia unas vértebras con problemas. Dejo de jugar fulbito, y de ir a pescar .al poco tiempo cumplió los setenta y se fue.

El hospital es así puedes estar treinta años y el dia que te vas te hacen un homenaje un diploma un recuerdo y pasas al olvido, la vorágine del trabajo hace que nadie extrañe  mucho , de vez en cuando alguien se acuerda y pregunta ¿ que será de fulanito de tal? y alli queda, todos siguen metidos en sus tareas.

Me gustaría salir a pescar algún día con él y escuchar sus aventuras de chico o las de las farmacias donde trabajo. 
                                                                                                                                                                                                                Inicio del Otoño 2019,
                                                          


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