HUALLASCO
Señor Huallasco, segundo B, sala de operaciones. Por los
parlantes del hospital lo llaman.
Durante años Huallasco era solicitado por los parlantes, más
de veinte creo, al noveno A , al quinto
B sala de partos. Pensaba que era un técnico que llevaba el oxígeno, o el
encargado de la limpieza muy especializada, sin mayor curiosidad era parte del día
a día, la rutina que hace invisible los lugares, a la gente, la voz del paisaje auditivo como los detalles,
de Lucho el encargado de perifonear.
Como del señor de
vigilancia que durante años está en las mismas puertas, y nunca te preguntaste cuál
era su nombre, hasta que un día lo encuentras en un lugar lejano en unas
vacaciones, y lo saludas y no sabes cómo
se llama. Igual te alegras de verlo, el
también, no saben sus nombres pero se conocen son parte de una fraternidad anonima.
A Huallasco no lo conocí, seguro nos cruzamos muchas veces
en los pasillos y no podíamos
identificarnos por nombres éramos gente parte del paisaje cotidiano, invisibles
al fin, anónimos conocidos.
Dejaron de llamarlo y
se desvaneció como un fantasma, sabía que existía y nunca lo vimos. ¿Cuánto
tiempo paso desde que dejaron de llamarlo? no lo sé, ya tenía quince años en el
hospital, un día, de la nada, le
pregunte a un compañero
-¿Ya no llaman a
Huallasco no? –
No sabía quién era,
la mayoría a quienes pregunte no sabían cuándo se había ido, ni les importaba.
Pregunte si lo conocían, la mayoría no sabían de él, era
posible que fuera un enfermero, otros me dijeron que era el que llevaba las
piezas amputadas a patología Huallasco era casi un ser mítico.
Una noche de guardia en la cena conversando con una
enfermera antigua me contó la historia, el señor se había jubilado hace cinco años,
pero se había quedado en la peluquería del hospital donde pasaba el tiempo y se
cachueleaba era un servicio que existía
desde la fundación y los médicos en especial los residentes que vivían
allí lo usaban, después cuando los
residentes dejaron de residir dentro del hospital la peluquería desapareció,
fui una vez y me dejaron la cabeza un desastre. Me conto que hace uno dos
años dejo de ir.
Huallasco había venido de Apurímac muy joven, entro como personal
de limpieza y trabajaba como peluquero en su barrio de la Victoria. Un día
limpiando una sala de operaciones escucho a la enfermera que se quejaba
– Estoy harta de
afeitar pacientes-
-yo se afeitar y cortar pelo señorita- dijo Abraham, mientras
pasaba el trapo con desinfectante.
Fue así como lo ascendieron a auxiliar de enfermería y se dedicó
a retirar las pilosidades de los pacientes a operar, las abdominales y los
pubis requerían estar libres de vellos que pudieran contaminar heridas, además de tener costuras limpias.
De carácter reservado, poco hablar, delgado esmirriado,
andar discreto, Abraham Huallasco se convirtió en el mayor afeitador de pubis
del país, los médicos lo llevaban a las
clínicas donde operaban, se hizo experto, era una tarea que enfermeras y
técnicos rehuían, para él era la rutina y se ganaba un buen dinero. Además
había desarrollado el fino placer del voyerismo, por lo que en sus días libres
se quedaba en maternidad depilando parturientas.
Me contó la enfermera, que muy secretamente una de sus
colegas que padecía de un severo hirsutismo le daba su propina y le mantenía ordenada el bajo vientre y
depilada la entrepierna las piernas y las axilas, y también hizo la confidencia que tenía entre su clientela particular otras
enfermeras, técnicas, y una farmacéutica que además tenía un bigote de cuidado,
sino también algunas doctoras, se rió de buena gana la enfermera y me dijo fue el precursor del depilado brasilero.
Esa es la historia de Huallasco , al final fue perdiendo habilidades
y se retiró discretamente, las anécdotas que recopile no son muchas, apuntaban que
además de su habilidad con las gilletes
y tijeras, tenía dedos muy hábiles por lo que no necesariamente era
requerido no solo para rasurar, que alguna vez atendió a una Reyna de belleza
que resulto siendo hombre, alguien incluso me dijo que era el padre de un niño de
una veterana doctora que sin conocerle pareja apareció con un hijo de pelos rebeldes.
Enero 2018
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