miércoles, 27 de noviembre de 2019

HISTORIA DE SANTIAGO




                                                       HISTORIA DE   SANTIAGO
Viejo, mi querido viejo
Ahora ya caminas lento
Como perdonando el viento

Yo soy tu sangre, mi viejo
Soy tu silencio y tu tiempo
Piero.


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Lo cuento antes de morir, no quiero que se quede alguien sin saber de sus ancestros. Me sucedió  a los 90 se la dicto a la computadora, cuando era joven había que hacerlo  en máquinas de escribir ,teclear , con cuidado  te equivocabas  , pasarla un corrector  no se auto corregía y los acentos no te lo daba la maquina los sabia de tus ortografía o escribías con un diccionario al lado, después de varios errores y corregidos a mano procedías a mandarlo a tipear con una mecanógrafa experta .como cambian los tiempos Venancio[1].

Trabajaba en un hospital y en casa en su consultorio donde le iba bien, la beca significaba, un avance en su carrera, pero dejar el consultorio con  sus beneficios, le dejo un poder a la esposa para cobrar su sueldo, él se las vería con lo de la beca, no era mucho, pero no podría tener gastos fuera de ella.
 Llego a Santiago en el año 1971 la beca para el  post grado era de un año,  consiguió una habitación en una pensión cerca del hospital ,  no muy lejos de la universidad.

 Barrio viejo empedrado, el caserón antiguo con muchas habitaciones baño común, le pareció un precio razonable. Don Agustín vivía allí con su esposa Fresia y sus hijas Fresia y Carmen  Alli se quedo , habi diea pensionista  ademascde de  Simón el otro peruano de la pensión con que  compartían cuarto que estaba por terminar sus estudios de medicina

A mediados de Abril el frío intensifico ,   Esteban no acostumbrado a temperaturas  bajas prefería quedarse en su cuarto o en el comedor al lado de la estufa de hierro, allí comenzó a conversar con Carmen la mayor de las hermanas estudiaba para ser profesora,  una chica linda de 23 años, responsable estudiosa, las tardes frías y las brasas de los maderos fue el fondo de la amistad que pronto se convirtió en romance, un poco mayo que su primer hijo , sabía que no era correcto pero sabía que todo terminaría en pocos meses, con mucha prudencia comenzaron a ir al cine,  paseos campestres los fines de semana, no era un romance volcánico, pero romance al fin.

Pasaron los meses y ya estaba pronto a terminar sus estudios, prefirieron ir terminado el amorío, a ninguno le convenía seguir algo que tenía fecha de vencimiento, la habían hecho bien, los padres de Carmen no sospechaban, habían sido muy discretos, vino septiembre y el tiempo mejoro, él tenía que regresar los primeros días de diciembre extrañaba a sus hijos se sentía culpable de la sacada de vuelta, prefería que todo regresara a la normalidad, olvidarse de Carmen. Pero la vida no es así de sencilla, da vueltas sobre su eje como un remolino, avanza retrocede, o como un viento huracanado vuelve nos asola y no deja nada igual.

Esteban y Carmen espaciaron sus encuentros, pero no dejaron de quererse, en noviembre decidieron que sería la última cita, así fue. el post grado termino satisfactoriamente, y el 8 de diciembre por fin regreso a Lima. Todo regreso a la normalidad el hospital el consultorio, los hijos, la esposa, y vino el tercer hijo. de vez en cuando mandaba una postal a una casilla o las recibía de Santiago, se espaciaron hasta que la correspondencia desapareció.

Esteban regreso varias veces por congresos  Santiago una con su esposa,  a fines de siglo en una visita fue a ver  la la vieja pensión que lo albergo en el viejo barrio de Patronato, no había cambiado mucho, la casona ya no estaba eran unas galerías, indago y la familia de Don Agustín tenía un restoránt cerca, los visito , el ultimo de los hijos era el que atendía y estaba a cargo, conversaron le contó que él vivía con su padres cerca a la plaza  Italia sus hermanas Fresia y Carmen vivian en Noruega, se habían ido a raíz del golpe de 1973.  Conversaron congeniaron les dejo sus saludos a sus padres, y se fue con la sensación que le hubiera gustado ver a Carmen,  vio la cordillera nevada, recordó  canciones como el pueblo unido[2] el niño Luchin [3], una sensación de deja va , lo invadió, al recordar las callecitas por donde camino de la mano con Carmen ,ese romance de cuarentón que lo rejuveneció. No volvió más a Santiago.

Pasaron años para que Carmen regresara a Chile, tenía ya 74 años y un cáncer al pulmón –regreso para morir- dijo acompañada de hijo Sergio, era viuda la otra hija vendría después desde España, pronta a morir llamo a Agustín su hermanito que vivía ya con su madre viuda también. Salida del hospital por su propia voluntad ya le quedaba poco tiempo, una noche de octubre, con el oxígeno puesto, ganando cada bocanada de aire como un pez fuera del agua, le contó la verdad.

Agustín ,no somos hermanos,  yo soy tu madre, perdóname, sorprendido , incrédulo la escucho, con esa voz que no olvidaría nunca,  tu naciste en Agosto del 72, yo tenía veinticuatro años, tu padre verdadero se llama Esteban está vivo y vive en Perú,   fue un romance sin futuro, solo estuvo un año y poco antes que se fuera quede embarazada, no le dije días antes que se fuera que ya no se había mi regla, cuando los papas se enteraron ya no había nada que hacer, mi papá autoritario me dijo sin consultarme - darás a luz en casa, y le pondremos nuestros apellidos, aparecerá como nuestro hijo, dijo mientras miraba a mamá que guardaba silencio , mi madre tenía un pocos más 40  , será  como tu hermano, nunca le dirás que es tu hijo, ni le darás la teta,tampoco le dirás nada a ese peruano desagradecido   se dio media vuelta y no dijimos nada.  Tu padre no supo que dejo un hijo chileno. Siempre guardamos ese secreto.

Quede anonado sin piso, mis papas a los que adoraba no eran mis papas, mi hermana era mi madre, no la quería como mamá sino como hermana. unas lágrimas no sé si de pena impotencia rabia se me escaparon no sabía que decir iba a cumplir treinta años y recién conocía a mi madre que siempre había sido mi hermana mayor que me engreía tanto. Quede en silencio, la respiración fatigosa, el silencio del dormitorio, le puse el oxígeno antes de limpiarle las lágrimas no volvió a hablar, pase con ella los últimos días de su vida.

Paso el tiempo y recordé al señor crespo y canoso que paso un día por el restoránt venia de Perú y dejo recuerdos para papá cuando se los di no dijo nada. ese debía ser mi padre, la verdad ni lo sospeche hoy que lo pienso, claro, tenía su pelo crespo y los ojos celestes de mi madre.viaje en el 2021 para conocerlo, tampoco tenía la culpa.

Llego un día, estaba sentado en la banca que da al huerto, vivía en Cañete mi mujer había fallecido hace cinco años, mis hijos vivían   en Lima, venían seguido el tren de cercanía los traía en media hora, tenía una asistente enfermera, secretaria que me ayudaba con las cosas de huerto y mis pastillas me llevaba a cobrar mi pensión y cosas así   -tiene visita Don Esteban, un chileno que dice que lo conoce- me dijo la mujer. –que pase le conteste. Sin mayor interés será un colega pensé, entro un tipo de unos cincuenta años, se presentó Agustín Salcedo.

Me recordara hace algunos años me visito en el  en Recoleta- Dijo   claro hombre ,el hijo de Don Agustín dije, y añadí que milagro te trae por estos lugares tan alejados.  creo que tengo una historia que le va a interesar, mientras tomaba asiento, mientras nos traían una botella de pisco y una fuente de chicharrones con camote,comenzó el relato lento , sin matices,  interrumpido por suspiros y breves  sorbos del pisco.

Paso unos días conmigo le llegué a presentar a sus hermanos, no era tiempo de ocultar parte de mi vida, ya para que, se fue, sabíamos que no nos veríamos más nos tomamos fotos partió, así fue como decidí dejar esta historia.


27 noviembre miércoles, otra vez







[1] Los Compadres
[2] Quilapayun.
[3] Víctor Jara.

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